Escribo con el frío del norte de Inglaterra entre mis manos simplemente para decir que estoy bien. Hoy he recibido un e-mail de una persona que me preguntaba si se puede salir de esto, si merece la pena la operación, si se van los dolores...
Le he comentado, entre otras cosas, que es relativo. Por supuesto que se puede salir de esto. Yo hago una vida totalmente normal. Lógicamente nunca ganaré una maratón, ni podré ganar un concurso de a ver quién anda 1 kilómetro a la pata coja con el pie derecho (mi pie del tendón "malo"). Sin embargo, antes de operarme tampoco tenía esas ideas en mente. Por lo tanto, todo es relativo. Tal vez para un deportista de élite las molestias que tengo le supondrían abandonar su carrera profesional. Aunque seguro, que si yo quisiera correr una maratón y notase que me molesta algo el tendón iría al fisio. Nunca más he ido porque no lo necesito. Estoy así bien.
¿Se van los dolores completamente? Sí. Nunca me ha vuelto a doler el tendón. Sin embargo, pueden quedar ligeras molestias: el pie se cansa cuando llevas muchas horas de pie, cuando sales a correr muchos días seguidos, etc. Sin embargo, en mi caso, no son molestias del tendón, sino del tobillo en general. Ya no digo "me duele el puto tendón", sino que digo "se me ha cansado el tobillo".
Si volviese al pasado volvería a operarme. Nunca he vuelto a cojear, nunca más me ha dolido el tendón al subir escaleras o rampas. Es cierto que las pequeñas molestias a veces se dan. Pero son molestias, nada de dolores, y se deben a la cicatriz más que nada. Cualquier persona operada de cualquier cosa puede notar ciertas molestias o sensaciones en la cicatriz.
Las molestias no son malas. Como me dijo mi traumatólogo, "que te moleste significa que estás vivo".
La lucha con la tendinitis puede llegar a ser dura. No son dolores que te matan, pero su duración y persistencia es lo que hace que te debilites psicológicamente.
Hay que luchar, ir poco a poco, informarse bien, pedir miles de consejos y, al final, dejarse llevar y esperar que todo salga bien. Y si no, se vuelve a intentar. Cuesta, está claro, pero yo inicié el blog sin saber cómo iba a salir todo esto, y ya veis, ya no actualizo nunca porque no tengo nada nuevo que contar. Todo está perfecto.
No os rindáis. Nunca. Se puede con ello. Cuesta, pero se puede.
Un saludo.