viernes, 28 de enero de 2011

Días de lluvia... y con bici nueva

Estos días, en Alicante, está lloviendo mucho y hace frío, y me gusta. Ya he hecho los exámenes de 5º del primer cuatrimestre, y espero aprobarlos. Hasta el día 12 de febrero, que ya habré empezado las clases, no vuelvo a tener examen, así que aprovecharé hoy para descansar y estar todo el día viendo la televisión tumbado en la cama con la calefacción puesta (mejor dicho con el aire caliente conectado, porque en Alicante no es habitual que haya calefacción).

Ayer por la tarde fui al Decathlon y por fin me compré una bicicleta. Ya tenía mirada cuál quería, así que la compra fue muy rápida. Llegué y le dije un vendedor joven: "Buenas, me gustaría comprar la bici Elops3". Estuvo un rato poniéndola a punto en un taller, y yo aproveché para ir a comprarme un juego de llaves Allen por 5 euros (ya que el sillín, entre otras cosas, se ajusta con este tipo de llaves), un hinchador de ruedas para bici por otros 5 euros, y un candado por 10 euros.

¡Ésta es la bicicleta. Una Btwin Elops 3!


Como se ve, es una bici de ciudad, es decir, que sirve para pendientes medias de menos del 3%. Con esta bici no se puede pretender andar 20 kilómetros porque es grande y pesa. Además, sólo tiene 5 marchas, lo que para ciudad es perfecto porque no se necesita más, pero para montaña se queda corta. Lo bueno es que el cuadro de la bici es abierto, de forma que es muy cómodo pararse, por ejemplo, en semáforos.



Las ruedas son grandes por lo que el desarrollo (que es la relación metros que recorres por pedalada que das) es bastante buena. En cuanto a los frenos, ayer anduve unos 4 kilómetros con la bici y la verdad es que son bastante progresivos. El freno trasero es de tambor y el delantero es de zapata, por lo que el frenado trasero es bastante progresivo, así que teniendo en cuenta que es una bicicleta con la que no se tienden a alcanzar grandes velocidades, va perfecto.

Por otra parte, la Elops 3 viene con una cesta integrada que a mí me servirá para no cargar el peso de la mochila a la espalda. Tiene una capacidad para unos 5 kilos y se puede desmontar apretando sólo una palanca. Si al aparcarla, uno prefiere llevarse la cesta, ésta cuenta con un asa para portarla.


Siguiendo con la bici, es importante saber que viene con luz trasera y delantera, así como con catadióptricos (lentes reflectantes y refractantes) en las ruedas. La luz trasera se activa mediante un botón, y emite una luz roja continua. Tengo que decir que el sillín es muy cómodo también.


La luz delantera funciona mediante una dinamo, como se puede ver en la siguiente imagen.



Así que, en general, la bicicleta me encanta, porque yo la quiero para ir a la universidad. Aunque no tiene amortiguadores y dispone de "sólo" cinco velocidades, es más que suficiente para ir por llano y en ciudad.

Lo mejor de la bicicleta es que es muy cómoda. Al montar vas totalmente erguido sin curvar la espalda, y con la cesta no necesitas acarrear peso en la espalda por lo que la posición es muy ergonómica.

Yo me la compré en Decathlon por 159 euros. Estuve mirando en otras tiendas y en cualquier otro lado este tipo de bicicletas urbanas son más caras. Por este precio, es una buena elección.

Y en cuanto a mi tendón, es como si nunca me hubiese dolido. Lo tengo perfecto. Ayer tuve que ir hasta el Decathlon andandon (al igual que conté la otra vez), y volví en bicicleta dándome un paseo por el campus de la Universidad, y el tendón me respondió muy bien, así que estoy muy contento.

Ahora me voy a ver alguna película, que hoy toca día de descanso.

¡Saludos!

martes, 18 de enero de 2011

Días de biblioteca...

¡Buenas!

Acabo de llegar de la biblioteca de la Universidad de Alicante, donde estudio. Todas las mañanas suelo ir a las 08:30 y vuelvo sobre esta hora. El jueves tengo examen de Urbanismo y Ordenación del Territorio y creo que lo llevo bastante bien... ya veremos.

Los primeros días tras las vacaciones de navidad hacía un calor insoportable en la biblioteca. Todo el mundo sudando, todos en manga corta y muchos abanicándose... La temperatura en el exterior era bastante alta para la época en la que estamos (21ºC) y, dentro, el aire acondicionado caliente estaba conectada a plena potencia... no era normal.

La gente de normal no se queja de las cosas. Yo creo que todos debemos quejarnos cuando creemos que algo no marcha bien. En San Sebastián, cuando estudiaba ahí, hice varias quejas por varios motivos... y normalmente pasaban de mí.

Aquí, tras unos días insufribles de calor en la biblioteca en los que era casi imposible concentrarse (y eso que estamos en enero), tras habernos quejado varios a los responsables de la biblioteca, y tras haber recibido largas de los mismos, llegué a mi habitación y busqué en internet la página del Servicio de Prevención de la Universidad de Alicante. Hay tres Departamentos: Seguridad, Higiene, y Ergonomía y Psicosociología. Como el tema era sobre las temperaturas y el calor mandé un e-mail al responsable de ergonomía de la Universidad, contando lo que pasaba: hace mucho calor... la calefacción está puesta cuando no es necesario... no se puede tolerar... es imposible estudiar en ese ambiente de trabajo... todos se quejan (y los que no se quejan es porque creen que no servirá de nada), etc.

Dudaba que se me respondiera pero por la mañana siguiente recibí un e-mail de el responsable de ergonomía, en el que me decía que él mismo se informaría del sistema de climatización de la biblioteca y me respondería.

Esa misma tarde en la biblioteca se estaba muy bien, no hacía calor, se estaba cómodo, y no había olor a sudor por las pasillos. Yo pensé: "Será casualidad, no pueden haberme hecho caso tan rápido...", pero por la noche vi el correo y tenía otro e-mail del responsable de ergonomía:

"He contactado con los responsables del sistema de climatizacion de la Biblioteca General y se ha bajado la temperatura de los equipos a 21º y, a partir de las 20:00, se incrementara a 22º. Se relizaran controles de los equipos durante esta semana. En caso de que persista el problema, le ruego me lo comunique."

Flipé. Me habían hecho caso y el problema se había solucionado en menos de un día. Tras 1 semana soportando el horrible calor, el ambiente con olor a sudado, y la gente quejándose del calor... por fin se podía estudiar en esa biblioteca. Mis amigos también fliparon y me vieron momentáneamente como en héroe (exageración) diciendo que cómo lo había logrado si llevábamos una semana quejándonos a los de la biblioteca y nadie nos hacía caso, bla, bla... pero siempre está el típico friolero de turno que se queja de que hace frío... A mí me daba igual, yo ya había conseguido mi objetivo. Muahahaha.

Ensanche de Barcelona con su característica "manzana de Cerdá".

Los estudiantes no estamos acostumbrados a quejarnos. Creemos que nadie nos hará caso y que no tenemos derechos. A veces ocurre que estamos mal informados y nos quejamos a la persona equivocada. Con esto quiero decir siempre y todos (ya seamos estudiantes o no) nos tenemos que quejar (de manera formal y por escrito), tenemos que opinar de todo lo que nos rodea, tenemos que conseguir que nuestra opinión valga. Al final dando opiniones educadas, redactando quejas formales, etc. se consigue lo que se quiere... otras veces no.

Si Ildefonso Cerdá no se hubiera quejado y no hubiese dado su opinión a mediados del siglo XIX, Barcelona no contaría con su famoso ensanche, signo de igualdad y justicia social. Si nunca nadie se hubiera quejado seguiríamos viviendo en ciudades amuralladas donde la higiene brillaría por su ausencia y donde los burgueses serían aún más ricos, y los pobres aún más pobres.

Y con eso me voy a ver la tele... basta de estudio por hoy.


PD: El tendón sigue perfectamente.

lunes, 10 de enero de 2011

Desafío extremo en época de exámenes

Enero es época de exámenes. Empiezo los exámenes el día 21 y termino el día 12 de febrero. Aún no me he puesto serio a estudiarlos porque creo que me dará tiempo y no estoy nada agobiado... de momento.

No me duele el tendón. Lleva toda las navidades sin dolerme. Cuando me levanto lo tengo algo rígido, pero no me duele nada durante todo el día. Estoy muy contento. Aunque ya ni me doy pomadas, ni tomo nada para el dolor, ni llevo tobillera especial para la tendinitis, sí que sigo llevando las taloneras. No me las voy a quitar porque no me molesta nada usarlas, y prefiero prevenir. Ya no hago estiramientos, y hago una vida totalmente normal. Hace un par de meses, ir a la biblioteca y andar tanto me suponía acabar el día cojo y con dolores. El otro día, tras estar en la biblioteca estudiando, fui al Decathlon porque me voy a comprar una bicicleta urbana (ya comentaré otro día algo), y seguí el siguiente recorrido bastante rápido porque tenía prisa. Recorrido rojo para ir. Recorrido azul para volver.



En total 6 kilómetros andando bastante rápido. No noté ninguna molestia :)

Hoy he ido por la tarde a la biblioteca. Hacía bastante calor. El sol de Alicante pega mucho y, si no sopla viento, pasas calor aún estando en enero. Ahora, en cambio, hace frío... pero a mí me gusta el frío.

Como ya dije en un post anterior, cuando estoy de exámenes me gusta relajarme viendo videos y películas.

Ahora estoy enganchado a Desafío Extremo, el programa de Cuatroº en el que Jesús Calleja va a la aventura a los lugares más inóspitos: Everest, Groenlandia, Polo Norte, buceo en el Ártico...

Os recomiendo que, si os gustan ese tipo de reportajes, los veais, pues de fondo todos tratan el tema de la superación personal.

  • En YouTube también hay varios programas subidos.

Yo, me voy a ver hasta la hora de cenar cómo se le da a Jesús eso de bucear en el Ártico a temperaturas bajo cero.

¡Un saludo!

jueves, 6 de enero de 2011

Día de Reyes

Esta mañana he llegado a casa a las 04:00. Ayer, día 5, tuve cena con los amigos en la bajera. Hicimos (hicieron) migas y cordero en chilindrón, todo ello acompañado por sidra y cerveza, y después salimos por ahí a dar una vuelta. Al final terminamos todos dispersos por los bares del pueblo y yo hablando con una antigua profesora que me dió clase en Bachiller, con conocidos a los que hacía más de un año que no veía... Total, que como me perdí del resto del grupo y estaba cansado (y algo tocado por el alcohol) me fui pronto.

Al llegar a casa tuve que hacer el rito anual de Reyes. Mi madre, todas las noches del 5 de enero, deja en el salón una bota o zapato de cada uno de nosotros y a la mañana siguiente alrededor de las botas aparecen los regalos que tiene cada uno. Esa misma tarde mi padre había aparecido en mi habitación y como si fuese un espía me dijo:

- Shhh... Pablo... Pablo... Toma, estos son los regalos de mamá, escóndelos en tu armario.

Los cogí, y él se fue sin hacer ruido mirando a izquierda y derecha. Eran dos bolsas, una con varias cajas y otra que tenía forma de bastón... Estuve pensando por qué mi padre querría regalar a mi madre un bastón. Mi madre no es tan mayor y no cojea, así que me quede con dudas. ¿Sería para mi abuela? Imposible, porque mi abuela no quiere bastón ya que dice que "eso es de viejos". Ella tiene 84 años... en fin. El bastón tenía que ser para mi madre porque eso era lo que me había dicho mi padre, que esos eran los regalos de mamá. Quise preguntarle a mi padre el porqué de que le regalara un bastón, pero se fue a la calle con los amigos y no volví a estar más con él ese día.

Así que hoy, al llegar a casa a las 04:00, he tenido que coger esos regalos de mi madre que estaban escondidos en la habitación, y los he tenido que poner en su bota. También he dejado un regalo en la bota de la novia de mi hermano. Me he ido a dormir y esta mañana a las 10:30 me ha despertado la novia de mi hermano.

- Pablo... venga... que estamos todos abajo... vamos a abrir los regalos. Venga, despiértate.

Sin decir nada me he levantado de la cama, he ido al baño, me he lavado durante 30 segundos la cara con agua helada, y he bajado. Y ahí estaba mi padre, mi madre, mi hermano y la novia de mi hermano, junto a todas las botas y zapatos llenos de regalos. Mi madre, emocionada, ha abierto sus regalos: perfume, botas, un pañuelo, un bolso y... lo que parecía un bastón que al final ha resultado ser un paraguas enorme. Y yo montándome películas de que mi padre quería que mi madre llevara bastón.

Todos hemos ido abriendo los regalos: pijamas, perfume, ropa, abrigos, bolso, camisetas, un cuadro para mi habitación... Todo cosas muy prácticas, lo que está bien ya que a veces no se sabe ni qué regalar porque al final tenemos de todo.

Y ahora me voy a ir a duchar porque tengo comida familiar. Mañana me voy a Alicante así que esta tarde tendré que preparar la maleta y organizar los apuntes para estudiar allá... ya que aquí no he hecho casi nada.

¡Saludos!

martes, 4 de enero de 2011

¡LA ÚLTIMA VISITA AL TRAUMATÓLOGO! ENTRANDO AL AÑO CON BUEN PIE

¡Feliz 2011 a todos los que lean esto!

El título de este post es literal. Ayer 3 de enero tuve consulta con el traumatólogo. Desde el día 11 de noviembre no había estado con él. Por aquel entonces me dijo que parecía que todo iba bien y que era normal que el tendón me molestase algo aún. Me mandó quitarme las muletas y, contento, me fui de nuevo a Alicante.

Y desde entonces he estado bastante liado con la universidad. Trabajos y más trabajos, presentaciones delante de toda la clase, un examen el día 23 de diciembre... Y, casi sin notarlo, me di cuenta de que no me había molestado absolutamente el tendón en varias semanas. Sí que es cierto que a veces lo he notado más rígido, y noto alguna mínima molestia muy de vez en cuando, pero apenas perceptible.

Y ayer, después de comer, me duché y fui con mi madre a la Clínica San Miguel de Pamplona, donde me operaron de la tendinitis en el tendón de aquiles. La clínica estaba bastante vacía y, como eran vacaciones de navidad, me imaginé que muchos médicos estarían de vacaciones. Me senté en la sala de espera, cogí una revista, la ojeé, la volví a dejar porque no me gustaba, cogí otra, la ojeé, y la tiré de nuevo sobre la mesita llena de revistas. Me puse a mirar por la ventana. Hacía bastante frío ahí fuera y, dentro, en la sala de espera, se estaba muy cómodo.

El médico salió varias veces a llamar a pacientes a consulta y, aunque tuve que esperar un poco, pronto me tocó el turno.

Con su característico pijama blanco de pasar consulta, salió, y me hizo un gesto con las manos:

- Pablo, pasa, ahora mismo vuelvo que voy a beber agua. Qué sed tengo. - dijo rápidamente mientras se perdía por el pasillo.

Pasé a la consulta junto con mi madre, me descalcé para ahorrar tiempo y me senté en la camilla balanceando las piernas. La consulta tenía muchísimas cosas. Un esqueleto vestía una camiseta de algún equipo que no supe identificar, de la pared colgaban muchos diplomas médicos extranjeros, y las estanterías estaban llenas de libros.

Apareció con la botella de agua, se sentó, nos sonrió, y saludó a mi madre. Me miró, y con la sonrisa en la boca me dijo:

- A ver, dime algo bueno.
- Pues he notado mucha mejoría [...] ya no me duele nada [...] puedo subir y bajar escaleras sin notar nada [...] aunque la cicatriz la sigo teniendo roja [...] y a veces noto alguna molestia en la cicatriz pero muy de vez en cuando, pero es que no es ni molestia [...] ya no cojeo nunca... - le comenté recordando cualquier cosa que fuese de importancia.

Sonrió y me miró el pie, me tocó el punto crítico donde siempre me había dolido, y no noté nada. Le comenté que tenía esa zona como de corcho, y también le indiqué que cuando me hago cosquillas a un lado de la cicatriz siento las cosquillas en el otro lado. Me dijo que todo estaba perfecto, que eso es normal por las terminaciones nerviosas. También me contó que es normal que tenga la cicatriz roja y que a veces sin ninguna razón note alguna molestia en la cicatriz (no en el tendón). Me dijo que todo estaba perfecto, y que parecía completamente recuperado. Le volví a comentar a ver si las cosas que muy de vez en cuando noto en la cicatriz son normales y, en tono filosófico y de broma, me dijo:

- Está bien que te moleste algo, pues significa que estás vivo.

Me reí, se rió, y me preguntó:

- Entonces, ¿crees que hemos hecho algo operándote?
- ¡Claro! - le contesté contento - Desde la operación nunca he vuelto a sentir ningún dolor como antes, y no cojeo, y... bla bla bla.

El miró unos papeles, repasó mi caso, y mi madre mientras comentaba que hemos tenido mucha suerte con él ya que habíamos pasado más de un año entre otros médicos, fisios, rehabilitación... sin ningún éxito, y que desde que nos atendió él todo me había ido bien.

Él sonrió, siguió mirando papeles, y dijo:

- Bueno, pues te voy a dar el alta. Todo está perfecto. Hemos conseguido lo que queríamos.

Firmó unos papeles y estuvimos hablando sobre qué tendría que hacer si tenía alguna recaída. Me dijo que, aunque fuese por la Seguridad Social, me volverían a mandar con él ya que él es quien me ha operado y sabe mi historia.

Y contento él por haber logrado su objetivo, y más contento yo porque me diera el alta, nos despedimos dándonos un apretón de manos y, sonriendo, me deseó que todo me fuese bien.

Y este es, de momento, el fin de esa historia que comenzó allá por abril de 2009. Tras visitar varios médicos, fisioterapeutas, masajistas, rehabilitador... y tras haber probado con plantillas de silicona, tobilleras, hielo, frio, calor, ultrasonidos, corriente, láser... tras hacerme radiografías, resonancias, escáner... tras todo eso, y tras una operación quirúrgica, parece que por fin todo ha terminado.

Pero esto no supone que se termine el blog, pues seguiré contando cómo me va la vida, las cosas que hago y cómo me responde el tendón. También empezaré a poner videos médicos y cosas que encuentre relacionados con las tendinitis en el tendón de aquiles para que todos que lean el blog puedan conocer más cosas.

Ahora me toca ponerme a estudiar de nuevo para los exámenes que tengo ahora en enero, pero seguiré actualizando el blog. Recordad que me podéis dejar comentarios en cada post del blog, así como que sois libres de mandarme cualquier duda o tema a yoymitendinitis@gmail.com.

Espero que vosotros hayáis empezado el año también con buen pie.

Me despido (promentiendo volver a escribir en breve) con esta canción titulada "Año Nuevo", del grupo Vetusta Morla.