miércoles, 29 de diciembre de 2010

Si pudiera...

Se va acabando el 2010, y es hora de hacer cuentas del año que se va. Es hora de mirar para atrás y ver si los propósitos que hace un año por estas fechas nos marcamos los hemos cumplido, pero también es hora de crear nuevos propósitos, de eliminar otros, y de replantearnos cómo queremos que sea el nuevo año.

Hay un poema bastante bueno falsamente atribuido a José Luis Borges, pero supuestamente escrito por Nadine Stair, aunque la historia de este poema tiene su aquél. En este enlace podéis curiosear sobre la autoría de este poema.

Aquí os dejo el poema:

Sí pudiera vivir nuevamente mí vida, en la próxima trataría de cometer más errores. No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más, sería más tonto de lo que he sido. De hecho, tomaría muy pocas cosas con seriedad, sería menos higiénico, correría más riesgos...

Haría más viajes, contemplaría más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos. Iría a más lugares adonde nunca he ido, comería más helados y menos habas, tendría más problemas reales y menos imaginarios.

Yo fui una de esas personas que vivió sensata y prolíficamente cada minuto de su vida, claro que tuve momentos de alegría. Pero si pudiera volver atrás trataría de tener sólo buenos momentos.

Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, sólo de momentos, no te pierdas el ahora.

Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin un termómetro, una bolsa de agua caliente, un paraguas y un paracaídas. Si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.

Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera y seguiría así hasta concluir el otoño, daría más vueltas en tiovivo, contemplaría más amaneceres y jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante.... Pero ya ven, tengo ochenta y cinco años y sé que me estoy muriendo.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Lipdub en la Universidad de Alicante


Esto que os voy a poner no viene a cuento, pero me ha parecido interesante.

¿Qué es un LipDub?
Según Wikipedia, un lipdub o lip dub ("doblaje de labios") es un vídeo musical realizado por un grupo de personas que sincronizan sus labios, gestos y movimientos con una canción popular o cualquier otra fuente musical. Se suele realizar en una sola toma (plano secuencia), en la que los participantes hacen playback mientras suena la música en un
reproductor móvil. No importa la calidad del sonido de la toma porque es en la edición posterior cuando se incorpora la canción como banda sonora. El hecho de que se trate de un plano secuencia hace muy fácil el proceso. Con estos vídeos, sus autores, además de realizar de forma colectiva una experiencia creativa, muy divertida y sin complicaciones técnicas, suelen tratar de mostrar el buen ambiente en una institución determinada: universidad, empresa, etcétera.

Fotograma del lipdub realizado por los alumnos de la Universidad de Alicante.

Como ya he dicho en otros posts anteriores, estudio en la Universidad de Alicante. Un día que estaba con mis amigos en el Aulario II, aparecieron unos con un teléfono rojo gigante que arrastraban por el suelo. Decían algo de que los alumnos de Publicad y R.R.P.P. iban a realizar un LipDub, y que se necesitaban colaboradores.

Nosotros no teníamos ni idea de qué era eso del LipDub, y nos parecieron bastante frikis. "Ya están estos de publicidad con su tiempo libre" - pensamos algunos.

Pero hace unos días he visto por fin el trabajo que hicieron, y la verdad es que es impresionante. Tal vez podría haber salido mucho mejor, ya que muchos ni se saben la canción (como se puede ver leyendo sus labios). Pero lo importante es que han conseguido revolucionar a centenares de alumnos y hacer algo original en la Universida de Alicante.

¡Miradlo, merece la pena!


¡Feliz navidad!

¡¡FELIZ NAVIDAD!!
EGUBERRI ON!!
BON NADAL!!

Ha llegado la Navidad, fecha de reencuentros y de estar por casa. Los hilos musicales navideños en los supermercados, adornos de Papá Noel allá donde mires, frío en las calles y gente con abrigos, gorros y guantes, cenas con los amigos de siempre, y con algunos a los que sólo ves dos veces al año, tiempo para pasarlo en familia, y para contar de sobremesa esas anécdotas ya conocidas por todos que se cuentan todos los años pero que siguen haciéndonos reir...

Yo paso las navidades en mi pueblo de Navarra, con mi familia y mis amigos de siempre. Nochebuena, Navidad, Noche Vieja y Año Nuevo con la familia, y el día 26 y la noche de Reyes cenando con los amigos. En estos días el tiempo pasa rápido y las cosas que debo hacer (estudiar, hacer trabajos...) se me van amontonando sobre la mesa del mismo modo que los cascos de cerveza vacía en la barra del bar.

Me imagino que estaré por aquí hasta el día 7. Entonces me iré en avión a Alicante para por fin estudiar, ya que tengo tres exámenes en enero y quiero aprobarlos...

El tendón de Aquiles me va perfecto. Lleva muchísimo tiempo sin dolerme, y de vez en cuando noto algún pinchazo muy débil, pero al andar y subir/bajar escaleras no me duele nada. Estoy muy contento. Lo que he notado es que cuando me acaricio al lado de la cicatriz siento cosquillas en otra parte del talón. Tengo la zona con una sensibilidad un poco rara, pero seguramente sea por algún nervio...

Aún así estoy muy contento porque puedo llegar a pasar incluso 3 semanas seguidas sin acordarme del tendón.

El día 3 de enero tengo traumatólogo, y si todo va bien me dará el alta definitivamente y tendré que dejar de ir. Os contaré todo lo que me diga.

Mientras tanto, os deseo unas felices navidades cerca de los vuestros, y un buen comienzo de año.

Os dejo esta mítica canción.




¡Feliz Navidad!

lunes, 6 de diciembre de 2010

EVOLUCIÓN: 3 meses desde la operación

Hoy estoy con un resfriado de narices, nunca mejor dicho. En realidad llevo una semana con resfriado. Yo no me suelo poner enfermo. De hecho, en los dos o tres últimos años sólo he ido al médico por un tema de alergias y por todo lo relacionado con mi tendón de aquiles.

Empecé el otro día con dolor de garganta. La sentía irritada y poco a poco me molestaba más. Así estuve un día. Después empecé con congestión nasal, se me caía literalmente el moco y pasé unos dos días sumergido en pañuelos de papel. Tras eso, empezó la tos, pero era una tos seca causada por picores en la garganta. Al otro día me levanté fatal, creo que tuve febrícula, aunque no pude saberlo ya que no tenía termómetro. Me dolía la cabeza bastante y no podía ni mirar a la pantalla del ordenador porque me mareaba. Fui a la farmacia, me dieron algo para los síntomas, y me pasé todo el día durmiendo en la cama. Antes de ayer, sábado, estaba mejor y salí un poco a la calle. Aún tenía congestión nasal, pero como soy idiota pensé que ya me había recuperado y decidí salir de farra por Alicante. Ayer estaba peor de nuevo, el resfriado fue a peor, y tenía dolor en la nariz. No sé, la tengo como inflamada, cuando me toco la nariz me duele. Hoy tengo flemas pero ya ni me duele la cabeza ni toso...

Bueno, tras esta desagradable descripción tengo algo importante que decir. ¡Han pasado ya tres meses desde mi operación en el tendón aquiles a causa de una tendinitis aquílea crónica (tendinosis)!

Desde hace dos semanas no noto ninguna molestia en el tendón. Cuando llego tarde a clase y voy con paso ligero ya no me molesta, cuando salgo por ahí de farra no me duele... Es como si estuviese recuperado del todo. Además, hago algo de bicicleta en el gimnasio y el tendón me responde bien. Me noto que tengo poca fuerza en la pierna derecha pero me imagino que será normal.

Estoy muy contento porque hace unas semanas no me esperaba estar así de bien ahora. Creía que una vez operado notaría mejoría pero estuve varias semanas con los mismos dolores que antes de la operación, incluso con más, y llegue a creer que no me iba a curar. Pero de repente todo mejoró sin ninguna explicación coincidiendo con la revisión del traumatólogo hace unas 3 semanas.

En la siguiente gráfica que he hecho se puede ver cómo ha ido la evolución del dolor en tanto por ciento (teniendo en cuenta que el 100% representa el dolor máximo que he tenido en el tendón).


Como se puede ver antes de la operación tenía bastantes molestias (60%), y tras la operación quedé sin poder andar y con muchos dolores (100%), conforme fui recuperándome usando muletas mejoré bastante pero me quedé con molestias (70%) durante muchas semanas, por lo que creí que no me iba a mejorar, y que incluso la operación me había dejado peor. Llevaba muletas, pasaban los días, las semanas, y yo no sentía mejora. Pensaba que la recuperación se había estancado. Después, hace casi 1 mes, tuve la revisión con el traumatólogo, me dijo que todo iba bien y me mandó quitarme las muletas. Desde entonces, desde que no llevo muletas he venido notando cómo los dolores han remitido, hasta el punto de desaparecer totalmente, por ahora al menos.

Me parece curioso cómo afecta la mente al dolor. En los días que estuve con muletas me agobiaba mucho con el tendón. Siempre tenía que estar pendiente de no agacharme, de no andar deprisa, de apoyar bien... Por todo eso las 24 horas del día las pasaba obsesionado con mi tendón de aquiles. Además, como dije en algún otro post, estaba nervioso porque no sabía si llegaría curado a la cita con el traumatólogo. Creía que estaba haciendo las cosas mal, que la inflamación de la cicatriz no era normal... Pero entonces llegó el día en el que tuve la cita con el traumatólogo, y me dijo que era normal las molestias que sentía, y me liberó de las muletas. Y desde entonces, sin agobios del tendón en la cabeza, sabiendo que había estado haciendo todo bien, y comprendiendo que las molestias eran normales, empecé a olvidarme del tendón. Como no tenía muletas ya no pensaba en él las 24 horas del día, y poco a poco el dolor desapareció, como por arte de magia.

Ahora no me molesta lo más mínimo, y esperemos que todo siga igual de bien.

Es curioso cómo a veces la mejor forma de mejorar es desconectar y olvidarse del problema. Para cualquier cosa en la vida, si nos centramos en un problema, éste no nos deja vivir, nos bloquea, y hace que nuestra vida se reduzca a ese problema. Acabamos obsesionándonos, focalizando todo lo que nos pasa en ese problema... En cambio, si aprendemos a ver las cosas desde fuera, dejando de lado el problema, veremos cómo sin darnos cuenta todo mejorará.

He recibido algunos e-mails de gente que está bastante desesperada porque no mejora del tendón. En este blog he estado dejando mi experiencia, y yo tampoco lo he tenido fácil. Hay que luchar, seguir adelante, y no centrar nuestra vida en la tendinitis (o en cualquiera otra cosa que nos pase). Al final, cuando se nos olvide el problema, cuando estemos centrados en otra cosa, llegara un día en que nos demos cuenta de que el problema se ha esfumado, sin darnos cuenta. Al final siempre todo se acaba arreglando.

Os dejo con esta canción de Indras.



Os seguiré contando cómo me va :)

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Todo bien

Siento haber tardado en seguir escribiendo. He estado liado con algún trabajo y con clases, y el poco tiempo que he tenido lo he dedicado a tocar la guitarra y a estar con los amigos.

Pues eso, que todo bien. El tendón ya lo noto mejor. Estas últimas dos semanas apenas me ha molestado. Lo único, que cuando llego tarde a clase y voy caminando rápido noto que me molesta algo, pero ni comparación con lo que me molestaba antes.

Aunque el traumatólogo me dijo que ya no me hacía falta usar las taloneras de silocona las sigo llevando porque me da miedo dejar de usarlas y que reaparezca el dolor. Me imagino que conforme pasen las semanas seguirá mejorando algo, y espero que para la próxima consulta que tengo con el médico el 29 de diciembre todo esté perfecto, aunque prefiero ser realista y concienciarme de que existe la posibilidad de que no se cure del todo. Muchas veces estas operaciones no solucionan totalmente el problema, pero ayudan a poder vivir sin apenas molestias.

Este sábado pasado salí por Alicante. Estuve hasta las 07:30 y no me molestó absolutamente nada. Podría ser por el alcohol, pero como casi no bebí estoy contento.

Ahora mi vida hasta navidades se resume en hacer trabajos para clase. Las asignaturas de 5º no son difíciles y además son muy interesantes, aunque lo malo es que en cada asignatura nos mandan un trabajo final a entregar como requisito para aprobar.

A mí me gusta hacer trabajos porque haciéndolos sé que estoy más cerca de aprobar. No es como estudiar en otras asignaturas, ya que por mucho que en ingeniería de caminos estudies luego en los exámenes te pueden sorprender con cualquier cosa.

Entre los trabajos que he hecho y estoy haciendo están uno sobre el Puerto de Hamburgo (Alemania), un análisis de Ordenación del Territorio en la Comarca del Bajo Vinalopó (Alicante), un análisis de la movilidad y el sistema de transportes en la ciudad de San Sebastián (Guipúzcoa), la reconstrucción de una vieja zona industrial para uso de ocio en Elche, y un Análisis de Alternativas para la creación de nuevos espacios en mi pueblo aprovechando zonas naturales. Así que estoy bastante liado haciendo los trabajos ya que en Navidades quiero aprovechar al máximo para estudiar, aunque siempre he dicho lo mismo y luego no he abierto ni los libros...

Y hablando de Navidades... Me da bastante asco empezar a ver ya bolas y adornos de Navidad en los supermercados, y ese hilo musical tan rayante... ¡Que aún estamos en noviembre y ya nos están avasallando con tanta Navidad!

Y en cuanto a la guitarra, sigo aprendiendo a tocar, y sigo componiendo canciones. Además, estoy aprendiendo a usar un programa de edición para insertar efectos y más instrumentos. Esta última semana he compuesto dos nuevas canciones. La calidad del sonido no es muy buena porque lo grabo con el micrófono que lleva incorporado mi portátil. Aún así la calidad tampoco es mala. Se nota que tengo un MacBook, ya que estos ordenadores dan mil vueltas a Windows. Que por cierto, el otro día tuve que ir a Alicante a llevar el portátil a arreglar y me pasaron cosas bastante curiosas, pero lo contaré en la siguiente entrada del blog.

Os dejo con mis dos canciones. Espero que os gusten o, por lo menos, que no os hagan apagar los altavoces.





viernes, 12 de noviembre de 2010

Fin de semana en el pueblo


Este fin de semana, como ya conté, estoy en mi pueblo porque, a parte del traumatólogo, tengo mañana un bautizo de unos primos mellizos míos. He desconectado totalmente de la universidad. Había planeado hacer un trabajo que tengo que hacer pero me da pereza.

Estoy aprovechando el tiempo para estar con mis amigos y familiares. No me gusta mucho mi pueblo porque es aburrido y nunca pasa nada interesante. Siempre veo a la misma gente por la calle. Los mismos bares, las mismas personas, las mismas situaciones, como si de un cruel déjà vu se tratase. No hay sitios nuevos a donde ir, ni nuevas personas que conocer.

Lo que sí me gusta es el tiempo que hace; muchísimo frío en invierno y un calor muy seco en verano; es decir, lo contrario que ocurre en Alicante. Me encanta el frío. Me gusta sentir que todo mi cuerpo está congelado y saber que si entro en sitios calientes estaré a gusto. Me gusta hablar y notar el vaho que sale de mi boca, y andar metiéndome las manos en los bolsillos para que no se me pongan moradas del frío. También me gustan los olores del otoño y del invierno. Cuando hace mucho frío parece que el olfato se desactiva y que sólo huele a frío. Por eso me gusta cuando al andar por las calles hay olor a madera ardiendo dentro de las casas para calentar. Me gusta el olor de la madera quemándose y de las castañas asadas. Es lo que más me gusta de estos meses.

En cuanto a mi tendón, hoy he andado bastante, he conducido, y no me duele nada. En casa tengo que subir escaleras pero no me duele. Me estoy dando cuenta de que tal vez algunas molestias sean psicológicas, porque cuando estoy distraido no me duele nada y, sin embargo, si me centro en el tendón empiezo a notar molestias. También me pasa lo mismo cuando subo las escaleras, ya que al subirlas cojeo sin darme cuenta. Pero creo que hago eso porque llevo casi dos años haciéndolo. Realmente no me duele.

Mañana tengo el bautizo y el domingo vuelvo a Alicante. Esta noche estaré con mis amigos y me iré pronto a dormir.

Estoy escuchando ahora:

jueves, 11 de noviembre de 2010

El resultado de la operación

Han pasado 2 meses y 5 días desde mi operación en la Clínica San Miguel de Pamplona. Por resumir, tras estar año y medio con tendinitis aquílea, y después de intentar solucionar el problema con fisioterapia, rehabilitación, pastillas, hielo, tobilleras, taloneras, reposo... decidieron operarme.

Y hoy he tenido de nuevo consulta con el traumatólogo que me operó. El viaje en autobús ha sido muy incómodo. Aunque tenía muchos asientos libres para dormirme y estar cómodo, sólo me he dormido una hora. A las 20:20 salió el autobús de Alicante, luego pasó por Benidorm, Valencia, Tudela, y llegó a Pamplona. Hicimos una parada a medio camino en Teruel de 25 minutos. Aproveché, fui al baño, y después me compré un bocadillo y un botellín de agua. Entre las dos cosas pagué 7 euros. Es un timo, lo sé, y me tendría que haber llevado algún bocadillo hecho de casa, pero no caí en la cuenta.

El viaje lo he pasado escuchando música en mi iPOD y viendo dos películas que han puesto que, por cierto, me han parecido penosas. Eran "Rex, el perro bombero" y "La brújula dorada".

A las 05:30 llegaba el autobús a la estación de autobuses de Pamplona. Me he desmontado, he cogido todo, y he esperado a mi hermano que ha venido a buscarme. He dormido en su casa de Pamplona y por la mañana me ha llamado mi madre para quedar conmigo e ir a la Clínica.

A las 10:30 me dirigía con mi madre en coche hacia ahí. Yo he ido andando con las dos muletas aunque me sentía estúpido porque notaba que no las necesitaba y que estaba haciendo el paripé. La sala de espera estaba llena, como nunca antes la había visto. Pensaba que tendría que esperar mucho pero en cuanto me he sentado ha salido el traumatólogo y me ha llamado.

He entrado andando con las muletas y me ha dicho el traumatólogo:

- Andas como si no llevases muletas...

He soltado un "pfff" y me he sentado en la silla. Tras hablar un poco con mi madre ha comentado:

- Bueno Pablo, ¿cómo va? Dime que ya se te ha curado completamente.
- Pues bueno, noto muchísima mejoría pero a veces me molesta algo, al levantarme por la mañana o cuando estoy mucho tiempo en la misma postura - he contestado.

Me ha mandado descalzarme, así que me he quitado las zapatillas, el calcetín y la media de compresión y me he tumbado. Ha estado haciéndome movimientos en el pie. "Ahora tuércelo así, ahora flexiónalo...". Me ha tocado también en el punto crítico donde siempre me ha dolido (justo en la inserción del tendón aquíleo con el hueso calcáneo) y, para mi sorpresa, aunque notaba alguna pequeña molestia no me ha dolido. Llevo dos meses sin querer tocarme ese punto porque tenía miedo de que me volviese a doler. Me he alegrado mucho.

- Una cosa, ¿es normal que tenga la zona de la cicatriz roja? - le he preguntado intrigado.
- Sí, es normal, tienes todo bien, es normal que aún tengas algo rojo e inflamado, por el roce con el calzado y tal.

Me he alegrado mucho. Me ha mandado andar normal, andar de puntillas, andar con los talones, dar pequeños saltitos estando de puntillas. Nada, no he sentido nada. Ni rastro de dolor.
También le he estado contando que a veces he estado cinco días con dolor y que de repente notaba algún pinchazo. Me ha dicho que es normal y que no me preocupe.

- Bien, pues Pablo, parece que todo está yendo bien. A partir de ahora deja ya las muletas. Tienes que hacer vida normal, pero intenta no subir escaleras ni agacharte. Tienes que hacer bicicleta para ir fortaleciendo el tendón y, si puedes, vendría bien que andases por el agua. Puedes aprovechar que estás en Alicante para andar por la orilla de la playa con los pies metidos en el agua.

Le he preguntado si tengo que seguir llevando las taloneras de silicona que llevo, y me ha dicho que si quiero las tire, pero me dan mucha seguridad así que igual las sigo llevando un tiempo...
Me ha dado cita para el día 29 de diciembre. Hasta entonces tengo que hacer bicicleta poco a poco para ir fortaleciendo el tendón, hacer vida normal pero intentando no subir escaleras ni agacharme, y ya está. Ni rehabilitación, ni fisioterapia, ni nada de eso. Si para entonces he mejorado más, me dará el alta.

He salido muy contento. No sólo me ha dicho que va todo bien, sino que ya no voy a tener que llevar muletas. Al parecer, todas las molestias que he venido sufriendo son normales porque lógicamente el tendón aún se tiene que fortalecer mucho. La pequeña inflamación que tengo también es completamente normal.

A partir de ahora haré vida normal. Saldré de fiesta, andaré en bici, puede que vaya a nadar... Ya no me tendré que preocupar de las muletas.

A día de hoy yo sé que no tengo el tendón 100% bien, porque aún siento alguna molestia de vez en cuando. Pero por lo visto es completamente normal. Ahora tendré que dejar pasar el tiempo, y ver cómo me responde. Sólo toca esperar hasta la próxima cita dentro de mes y medio.

Creo que por fin todo está empezando a ir bien. Ahora me acuerdo de situaciones anteriores que he vivido por todo esto del tendón y es cuando realmente me doy cuenta de lo largo y duro que ha sido el camino; un camino lleno de obstáculos y de impedimentos. Pero ahora, como digo, parece que todo está empezando a ir mejor. Es pronto para hablar puesto que todavía tengo que recuperar mucho, pero estoy más animado. Si el traumatólogo me hubiese dicho que mi tendón sigue mal me habría hundido, sinceramente. Pero hay que ser fuertes y luchar, aunque a veces eso suponga dar dos pasos hacia adelante y uno hacia atrás. Hay que probar soluciones nuevas, médicos nuevos. Lo único necesario para recuperarse de una tendinitis del aquiles es encontrar a un médico que de verdad quiera ayudarte con el problema y que no te trate como si fueses un quejica. Una vez que lo encuentras ya todo empieza a resultar mucho más fácil y rápido. Lo difícil tal vez sea encontrar a esa persona que sepa lo que te ocurre y quiera "perder" tiempo contigo. Yo la encontré y estoy teniendo mucha suerte.

Os seguiré contando mi evolución periódicamente :D

Cambios de última hora

Ayer, miércoles, por la mañana, tuve que salir a hacer unos recados al centro de la ciudad. La Universidad de Alicante está en San Vicente del Raspeig, junto a la ciudad de Alicante, por lo que vivo ahí. San Vicente es un pueblo de 50.000 habitantes. Y digo que es un pueblo porque tiene la estructura de un pueblo cualquiera: la plaza del Ayuntamiento, la iglesia, la calle principal, el mercado...

Aprovechando que tenía que ir a hacer recados, me levanté pronto, sobre las 08:00, me duché, vi las noticias durante una hora, y para las 09:30 ya estaba en la calle. Me dejé, intencionadamente, las muletas en casa. De vez en cuando me gusta ir solo a pasear. No suelo hacerlo mucho, y menos desde que tengo que llevar muletas, pero me suele gustar adentrarme en las calles del centro del pueblo, ver a la gente ir apresurada a hacer las compras, otros en cambio se paran a charlar en las esquinas: "Que mi madre ya está bien", "Que la Paca se ha ido al pueblo porque se le ha muerto la suegra", "Que el Hércules la cagó este fin de semana".

Al día siguiente iba a tener que irme a Pamplona porque el viernes 12 tenía vez con el traumatólogo. O eso pensaba yo...

Hacía frío en la sombra, pero al sol hacía bastante calor, así que preferí ir por la sombra. Iba en vaqueros, con una camiseta negra, una chaqueta negra y un palestino blanco y negro. Me gusta vestir de negro. Creo que era el único estudiante que estaba por la calle a esas horas. Todo lo demás eran amas de casa, empresarios con traje y corbata, abuelos sentados en bancos, otros de pie apoyados en sus bastones viendo la vida que ya va demasiado rápida...

Las calles son viejas, y son todas iguales, pero la zona de la iglesia tiene mucha actividad. Hay bastantes bares. Tras terminar los recados subí unas escaleras que daban a la plaza de la iglesia y me paré a observar. Vi un bar al que ya había ido otras veces y, ya que no había desayunado, decidí entrar. El bar era blanco, acogedor, sonaba música chill-out, como de costumbre, y eso me gustaba porque me hacía relajarme y olvidarme de la universidad y del pie. De repente el hilo musical cambió a música folk y jazz. Era una mezcla rara pero me gustaba. Me pedí un café cortado y una napolitana, y me senté en una mesa. Me cobraron 2 euros. En Pamplona eso no hubiese bajado de 3 euros.



Me gustan los bares tranquilos, y me gusta ver a gente sentada en ellos. Había un padre con un hijo pequeño desayunando, dos abuelas tomando un café y una tostada con mermelada, y tras de mí entró otra chica que iba sola. Me gusta imaginarme la vida de la gente. En qué trabajarán, qué hacen ahí esas horas... La chica que entró última era guapa y estaba sola, tenía el pelo rubio y estaba triste, porque se limitaba a dar vueltas a su café con la cucharilla mientras miraba al infinito. Nos cruzamos las miradas y me puse a leer el periódico. No había ninguna noticia interesante, así que me puse a buscar faltas de ortografía en las noticias. Suena un poco extraño pero me gusta buscar faltas de ortografía en las noticias de los periódicos. Me relaja. Y siempre encuentro alguna.

Cuando terminé salí a la calle, y sonó mi teléfono móvil. Era mi madre:

- Pablo, han llamado de la Clínica San Miguel - La clínica San Miguel era donde me habían operado y, como he dicho, estaba citado ahí para el viernes.
- Ya, y qué pasa - le pregunté.
- Me han dicho que el viernes no te puede ver el traumatólogo porque tiene una operación.
- No jodas, ¿y ahora qué hago? - dije enfadado.
- Me han dicho que te pueden dar cita mañana jueves por la mañana. ¿Tú podrías?

Y así, de pronto, me enteré de que esa misma tarde debía ir a Pamplona. Con las prisas y el susto no me había dado cuenta de que mientras había estado hablando con mi madre también había estado andando sin saber dónde ir. Así que cuando colgué el teléfono me di cuenta de que estaba perdido. Había acabado en la otra punta de la ciudad. Por fin llegué a casa, cambié el billete del autobús, hice la maleta, dejé el cuarto ordenado y fui a comer. Como mi autobús salía a las 20:20 no pude ir a clase porque tendría que estar en Alicante para las 20:00, así que estuve toda la tarde tocando la guitarra.

Cuando eran las 19:30 salí a la calle. Hacía mucho frío. Llamé a la compañía de taxis y pedí uno. Iba cargado con mi cámara reflex, las muletas, y una maleta pequeña. Tuve que llamar 3 veces porque no llegaba el taxi. Había muchísimo tráfico y para colmo las calles cercanas estaban cortadas. Me puse nervioso y llegué a pensar en que iba a perder el autobús. Al final llegó el taxi, me monté en él rápido y en eso que me sonó el móvil. Estaba muy estresado. No me gustan los imprevistos y normalmente suelo llegar pronto a los sitios. Era mi madre.

- Pablo, ¿ya estás montado en el bus?
- ¿Qué, pero qué dices? Si aún son las... - dije nervioso.
- ¿Pero a qué hora sale tu autobús? - me preguntó extrañada.
- A las 20:20, ¿pues? - contesté aún más extrañado.
- Pero si son las 21:00... ¿no estás en el autobús?
- ...

Colgué el teléfono. ¿Eran las 21:00? Si ya estaba nervioso ahora aún estaba más. Me dirigí al taxista:

- Perdona, ¿qué hora es?
- Las 20:00, ¿por, tienes prisa? - me contestó tranquilo.
-... No... no, gracias, por saber.

Volví a llamar a mi madre y ésta me volvió a asegurar que eran las 21:00. Yo había mirado mi hora en el reloj del taxi y en el del móvil y estaba seguro de que eran las 20:00. Le dije a mi madre que mirase otro reloj, y se empezó a reir diciendo que había estado mirando un reloj al que aún no le habían cambiado la hora. Suspiré, conté hasta tres, y colgué. Ya había sido bastante estrés por hoy.

A las 20:20 salió mi autobús conmigo dentro. Estaba al fondo del autobús y tenía 4 asientos para mí solo.

Iba a ser un viaje largo... 10 horas de largo...

martes, 9 de noviembre de 2010

Los últimos días

Lo primero de todo, perdón por no haber escrito antes. He estado muy liado con los estudios, y el segundo piso de la biblioteca de filosofía ha sido mi primera casa durante estas dos últimas semanas. Ahí, en una mesa oculto entre decenas de estanterías con temas bibliográficos y revistas extrañas de filosofía, estaba yo, con miles de ejercicios sobre la mesa, mis dos calculadoras, libros de teoría, exámenes resueltos de otros años, y mi iPOD sintonizando el programa Anda Ya! de los 40 Principales. La Biblioteca General de la Universidad de Alicante tiene planta baja y dos superiores. En la planta baja, entre otras cosas, está la biblioteca de Ingeniería, pero no me gusta ir ahí. A mí me gusta estudiar en la segunda planta, que es la biblioteca de Filosofía y Letras, al fondo del todo, en una mesa escondida que hay junto a unas estanterías. Ahí me concentro más.

Los exámenes no han ido del todo bien pero estoy bastante contento porque las dos asignaturas a las que me he presentado las domino ya bastante así que, tarde o temprano, las sacaré. Hay que ser optimistas.

En cuanto al tendón, estoy algo desanimado. Este mismo jueves me voy a Navarra porque el viernes tengo traumatólogo. Sí, por fin. Va a ser un fin de semana bastante ajetreado, y mi plan es el siguiente:

Jueves 15:00 = clase
20:00 = autobús hacia Pamplona

Viernes 05:30 = llegada a Pamplona
10:00 = traumatólogo

Sábado 12:30 = bautizo de mis primos
14:00 = comida
noche = fiesta

Domingo 10:30 = salida en coche hacia Zaragoza
13:00 = avión Zaragoza-Alicante


Es un fin de semana bastante movido. Para empezar pierdo alguna clase el jueves por la tarde, y la del viernes. Luego me tengo que tragar 10 horas de autobús hasta Pamplona. Tras dormir tres horas tendré que ir al traumatólogo, y no sé qué me dirá.

Estos días me molesta algo el pie, parece una tontería pero siento como si con el cambio de tiempo me molestase más la cicatriz, y no es donde normalmente me duele, sino que es más bien el tobillo. Como cuando haces mucho deporte y te acaba doliendo toda la planta del pie y el tobillo. No sé... por una parte estoy contento porque he notado mucha mejoría desde el día de la operación, pero sé que no lo tengo aún curado. Sé que en cuanto vuelva a hacer vida normal (salir todos los sábados, andar más, nadar, etc.) me volverá el dolor. Lo sé porque noto como si tuviese el tendón aún debil, como esperando la ocasión precisa para recordarme: "Alto, alto, que estoy aquí jodiéndote otra vez".

Sigo llevando muletas pero llevo sólo una. Inicialmente el traumatólogo me dijo que tenía consulta el 3 de noviembre y que hasta entonces tenía que estar con las muletas. Como no podía para esa fecha la cambié al 12 de noviembre, y ya no quiero llevar dos muletas. Estoy harto de llevar muletas. Llevo dos meses moviéndome lo mínimo (de casa a la universidad y de la universidad a casa), sin salir, sin poder andar con normalidad... Creo que si las muletas no han conseguido mejorarme para el día 3, en esta última semana no lo harán, así que estoy yendo con una muleta. Estoy cansado de estar 4 días sin ningún dolor, y cuando menos me lo espero (por ejemplo, estando estudiando 8 horas seguidas sin moverme) note pinchazos, me levante, y tenga el tendón dolorido. No es tanto como antes, pero aún así me jode, y eso que aquí no subo escaleras. ¿Qué pasará cuando llegue a mi casa y comience a subir escaleras? No lo quiero ni pensar...

Así que de momento no sé si la operación ha ido bien o no. No estoy triste del todo pero tampoco estoy contento. Sabía que la operación no significaría que se me curase la tendinitis, pero bueno. Aunque muchos amigos me dicen que es pronto para hablar porque, tal vez, tenga que hacer rehabilitación, o algo así.

Estas semanas voy a estar algo más libre así que escribiré más a menudo. Mientras tanto me relajo tocando la guitarra y componiendo canciones. Voy mejorando con la guitarra, y me relajo muchísimo cuando la cojo y me pongo a improvisar letras y canciones. Es la mejor compra que he hecho en mi vida.

Os dejo una canción que me he inventado y he grabado cantándola y tocándola con la guitarra. La calidad no es muy buena pero bueno...




Ahora estoy practicando con esta gran canción de Saratoga. Espero tocarla bien pronto.

Saratoga - Si amaneciera
http://www.youtube.com/watch?v=ooGZ98iLTys

Espero que os guste la canción. ¡Volveré a escribir muy pronto!

jueves, 28 de octubre de 2010

Un poco de cine para desconectar

Estos días están siendo muy intensos. Me levanto todos los días a las 07:00, me ducho, me visto y desayuno. Después veo las noticias mientras me voy despejando, y a estudiar.

Este sábado tengo un examen de estructuras (de cálculo de puentes). Lo llevo bastante bien pero la otra vez que suspendí también lo llevaba bastante bien, así que tampoco estoy muy tranquilo. Los exámenes son bastante largos y casi no dejan tiempo, y entre los nervios, las dudas de última hora y los típicos bloqueos mentales estoy cogiendo un poco de pánico a la asignatura, aunque al final me ha acabado gustando.


Hoy, por ejemplo, he pasado toda la mañana estudiando en mi habitación, después he comido y he ido a clase de las 15:00 porque la profesora pasa lista. Desde las 17:00 he estado en la biblioteca y he vuelto hace poco.

Todas las noches me gusta ver una película. Muchos amigos estudian de noche, pero yo no puedo y prefiero estudiar muy temprano. Hay días en los que he llegado a irme a dormir a las 22:00 para levantarme a las 04:00 a estudiar. Me concentro muchísimo más. Cuando estoy de exámenes siempre veo películas porque me relaja mucho y así consigo desconectar de la universidad. Las dos películas que he visto ultimamente son las siguientes, y os las recomiendo cien por cien. [Haced click en el título de la película para que os salga la ficha de la misma]

  • Fracture, dirigida por Gregory Hoblit e interpretada por Anthony Hopkins.
  • Shutter Island, basada en la novela de Dennis Lehane, dirigida por Martin Scorsese e interpretada por Leonardo DiCaprio y Mark Ruffalo.
Os recomiendo ambas películas. Me encantaron las dos, aunque Shutter Island es la mejor película que he visto en mi vida. Una trama que engancha y que te hace estar constantemente pensando y asimilando información. En fin, vedla y no os defraudará.

Y mi pie sigue sin apenas molestarme. Esperemos que siga igual de bien... Ya os contaré qué tal el examen, y cómo evoluciona mi pie.

Ahora voy a ver otra película. ;)

PD: Podéis recomendarme alguna película. Os lo agradecería.

domingo, 24 de octubre de 2010

Sigo vivo... de momento


Sí, sigo vivo aunque corro grave riesgo de morir de aburrimiento debido al estudio. Lamento no poder actualizar el blog, pero se acercan los exámenes que tengo ahora y he de estudiar mucho, por lo que no puedo actualizar el blog ni contar nada novedoso.

El tendón va bien. La postilla casi ha desaparecido por completo. Cuando voy andando a la universidad noto alguna molestia a veces, pero puede que sea normal, aunque no sé si lo que realmente me ocurre es que no me he curado. Igual cuando deje las muletas y comience a hacer vida normal me vuelve a doler como antes de la operación. No sé.

En cuanto a la inflamación, creo que ha bajado algo. Mi padre preguntó a un traumatólogo amigo suyo (quien me vio una vez) acerca de la inflamación que tenía yo. Según le dijo, tras una operación es normal tener la zona roja, medio morada, e inflamada, y le comentó que no me preocupase puesto que a no ser que tenga fiebre, me duela mucho, o me supure la herida, todo iba bien.

Quedan menos días para la consulta del traumatólogo. Tengo la cita el 12 de noviembre. Espero que para entonces todo haya mejorado algo más. Tengo algo de miedo porque no sé qué pasará, y sigo sin saber si para entonces ya tendría que estar completamente bien.

De momento a esperar y a intentar hacer reposo. Teniendo que estudiar no me será difícil hacerlo. Nunca antes el estudio había sido tan bueno para la salud.

viernes, 15 de octubre de 2010

Evolución del tendón

Os voy a contar ahora qué tal me va el pie.

Ya apenas me duele. Tanto si ando descalzo con el pie totalmente descubierto (sin taloneras, sin media y sin tobillera) como si ando con calzado (con taloneras, media y tobillera) no noto dolor. Lo que sí que noto a veces es como unos pinchazos pequeños que se van difuminando hasta desaparecer. Por ejemplo, si estoy andando yendo a la universidad paso todo el viaje bien (ayer por lo menos al volver a las 20:30 no noté nada de dolor), pero de repente noto un pinchazo que no me duele y casi no es molesto, pero que está ahí.

En general estoy contento porque comparando cómo estoy ahora con cómo estaba hace un mes puedo decir que he notado la diferencia. Antes me dolía mucho más a menudo, incluso estando quieto. Ahora hay veces que hasta me olvido del dolor. Como anécdota, muchas veces cuando voy a la universidad me dirijo hacia la puerta sin muletas, y es entonces cuando me doy cuenta de que tengo que coger la muleta. Eso es bueno en parte, ya que quiere decir que estoy consiguiendo olvidarme del dolor.

Tal vez por eso cuando las molestias reaparecen me siento más frustrado. Es como si estuviera corriendo una carrera llegando ya a la meta, feliz, y entonces retrocediera dos kilómetros sin ninguna explicación, y siguiese corriendo y cuando de nuevo divisara la meta me volviesen a teletransportar dos kilómetros más atrás, con la impotencia que eso supone. Pero yo sigo corriendo para llegar a la meta, porque no tengo más opciones.

Esos momentos los paso mal porque tengo miedo de no llegar recuperado a mi cita con el traumatólogo el 12 de noviembre.

De momento os dejo otra foto más sacada ahora mismo. Se puede observar que la zona de la cicatriz (inserción del tendón aquíleo con el calcáneo) está roja, algo inflamada. No sé si me duele al tocar la zona porque como aún se está curando no quiero tocar nada. Además, me da pánico tocar la zona donde siempre me ha dolido y notar que me sigue doliendo. Así que de momento no tocaré esa parte. Lo extraño es que en la parte superior del tendón también se aprecia inflamación, aunque esa parte no me duele.

No sé si la inflamación es normal. Igual esta tarde me acerco al centro de salud de aquí. Pero no sé si el médico va a saber decirme si es normal o no. No he tenido muy buena experiencia con los médicos de familia en lo relacionado a mi tendinitis. Además, me da pereza ir. ¿Podría ser que la infiltración de factores de crecimiento provoque una inflamación de la zona? ¿La inflamación significa que me está curando mal?

El carrito de golf

Me acaba de llamar una trabajadora social del Centro de Apoyo al Estudiante de la Universidad de Alicante, por lo del tema del carrito de golf para llevarme mientras estoy con muletas.

Me ha dicho que tuvieron un problema con el servicio del carrito de golf y que por eso no pudieron llamarme antes. Me ha informado de que, si quiero, ya podrían darme el servicio. Si aceptase, sólo tendrían que buscar a una persona para que me llevase a las horas que le indicase.

Ahora me lo estoy pensando porque los últimos días que he ido a la Universidad no me ha dolido casi nada el pie e incluso he ido sólo con una muleta. Sé que no debo hacerlo pero es un coñazo andar dos kilómetros con las dos muletas. Además, me siento como si les estuviese estafando haciéndoles que me lleven en carrito de golf porque, ahora que ya no hace tanto calor, no me canso tanto yendo a la universidad en muletas.


Lo bueno de que me lleven en carrito es que eso me obligaría a ir con las dos muletas todos los días, apoyaría menos el pie, y no me cansaría tanto. Lo malo es que tendría que acordar horarios con ellos y, para ser sinceros, es un poco molesto tener que depender de otras personas y, más aún, hacer que ellas dependan de ti.

Así que me lo pensaré durante el día de hoy. Esta es mi lista de PROS/CONTRAS.

PROS DE IR EN CARRITO: llevaría las dos muletas, apoyaría menos el pie y me cansaría menos.
CONTRAS DE IR EN CARRITO: me sentiría como si estuviese timando al sistema, tendría que fijar unos horarios concretos para que me llevasen, siento que puede que no lo necesite.

Pensaré en ello y os contaré. La imagen que he puesto de las conciencias de Homer es la más apropiada para el momento.

martes, 12 de octubre de 2010

Fin del puente

Ya es martes, por lo que para desgracia de todos nosotros ya se termina el puente del Pilar. Este puente lo he pasado en Alicante. No me he ido a Navarra porque tengo bastante que estudiar para los exámenes que tengo en noviembre, así que he preferido quedarme aquí.

La verdad es que no he hecho muchas cosas. Me he estado poniendo todas las mañanas el despertador a las 08:00, aunque al final terminaba atrasando la alarma y me acababa despertando a las 10:00. Después desayunaba, y quedaba con algún compañero de clase para estudiar. A las 14:00 comía, y por la tarde después de ver la televisión un poco seguía estudiando. No ha sido un puente divertido que digamos, pero también he salido algún día a bares cercanos a tomar unas cervezas. Por lo menos he estudiado (menos de lo que me hubiese gustado) y he estado en reposo, así que mi tendón lo habrá agradecido.

Apenas me molesta el pie al andar. Lo que si he notado es que me duele cuando me agacho y cuando hago algún movimiento más forzado, pero me imagino que será normal. No es un dolor fuerte, sino una molestia como cuando haciendo estiramientos estiras un músculo más de la cuenta. Me imagino que será porque no tengo mucha movilidad aún en el tendón ya que lo uso poco. Espero que en el mes que me queda mejore aún más.

Aunque estoy contento, también estoy preocupado. Que no me duela no significa que me haya recuperado. Tal vez no me duela precisamente porque intento andar lo mínimo posible, y me preocupa que cuando vuelva a andar normal todo siga como siempre. Me imagino que tendré que tener algo de fe en el proceso. Tampoco sé si para el 12 de noviembre (que es cuando tengo la consulta) mi tendón ya tendría que estar completamente curado, o si por el contrario el traumatólogo ya se espera que vaya aún con molestias. ¿Me mandará rehabilitación? Tampoco lo sé.


En post anteriores se me olvido comentar que a la semana de comenzar las clases fui al Centro de Apoyo al Estudiante de la Universidad de Alicante para pedir una cosilla. Como ya visteis en una foto que os puse en un post anterior el Campus es enorme, por lo que hay carritos de golf que son usados por personal de mantenimiento y diverso personal universitario para desplazarse por todo el campus. Unos amigos de la universidad me comentaron que los carros también se usan para desplazar a gente con problemas de movilidad, y como tener que desplazarme 2 kilómetros al día andando en muletas es un problema de movilidad, decidí ir a informarme. "Chófer gratuito...", pensé.

Me acompañaron dos compañeros de clase. El Centro de Apoyo al Estudiante está en la Facultad de Ciencias Sociales, junto a donde yo doy clases. Antes de llamar a la puerta ensayé mi mejor cojera para dar más pena. Sé que está mal, pero me da igual. Yo quiero mi carrito de golf.

"No necesitas dar más pena, así ya das bastante" - bromeó un amigo.

Ignorándole, llame a la puerta. Me dieron paso y entré. El cuarto era amplio y hacía un calor insoportable, así que no me gustó nada. Me senté y expliqué el caso a una señora mayor. Fue muy amable. Me explicó que en cursos anteriores el servicio de transportar a personas con movilidad reducida lo hacía el servicio de seguridad, ya que no les cuesta nada llevar a gente en su coche mientras patruyan el Campus, pero que ahora lo tienen que hacer ellos mismos, y que no tenían personal suficiente. Me dijo que ella misma podría llevarme algunas veces, y que sólo necesitaba acordar con ella un horario y un punto de recogida. Además, me informó de que para estos casos se buscan voluntarios, y bla bla bla.

Me hizo rellenar una petición por escrito diciendo mis motivos y los servicios que necesitaba. Me dijo que se pondría en contacto conmigo. Esa misma tarde me llamó diciendo que habían pasado mi caso a los trabajadores sociales de la Universidad, y que muy pronto se pondrían en contacto conmigo, así que esperé...

... hasta hoy. Aún no me ha llamado nadie. A veces no me molesta porque me gusta pasear por el Campus, pero al final aunque tampoco me canso muchísimo mi pie lo acaba notando. Mañana mismo pienso volver a llamar a ver qué pasa. Igual no hay gente para hacerme el servicio, o igual han pasado de mí, o se les ha olvidado...

Mientras tanto la foto que veis es la de mi cicatriz que, como ya dije en su día, está en el talón ya que mi tendinitis es a la altura del hueso calcáneo. Aún tengo herida pero poco a poco va mejorando.


Ya os contaré cuando sepa algo de mi carrito. Lucharé por conseguirlo. Ahora me voy a poner a estudiar algo.

Desde la ventana de mi habitación veo que todos los árboles se mueven por el viento. Está nublado y la temperatura fuera es de 22ºC.

sábado, 9 de octubre de 2010

Muletas emocionales

Esta tarde no he ido a clase porque no era importante y prefiero andar lo mínimo posible. Aburrido en la habitación me sonaba el teléfono. Era un amigo.

"Pablo, vamos a a hacer cena en el ático. ¡Vente!"

Mi amigo no ha necesitado apenas convencerme. Ahora acabo de llegar de la cena. Hemos hecho barbacoa en el ático y hemos estado tomando unas cervezas y hablando de temas diversos; desde la existencia o no de vida extraterrestre hasta el servicio militar. Me encantan las conversaciones de sobremesa y ver cómo el tiempo pasa sin que nadie mire al reloj. Escuchar las conversaciones de cada uno, sus preocupaciones y sus paranoias. Ser escuchado por los demás. Reirte con el típico que a la mínima se arranca a cantar mientras los demás le hacemos los coros. Notar como te sientes parte de un grupo aunque estés a 800 kilómetros de distancia.


El traumatólogo me dijo que era muy importante que llevase las muletas. Tiene razón. Pero yo creo que también son importantes otro tipo de muletas que hay que saber conservar bien: las muletas emocionales, los amigos, esos que siempre están ahí para animarte y para hacerte las cosas más fáciles. Los que, si estás triste, siempre intentarán animarte aunque sea con el peor chiste del mundo.

Tras la cena, muchos de mis amigos se han ido a tomar algo a un bar. Yo no puedo ir con las muletas y me he venido a casa. Pero no estoy triste, ni amargado por no poder haber ido. El traumatólogo me dijo que era muy importante que llevase las muletas. Cuando le vuelva a ver le diré que las que más he usado han sido mis muletas emocionales.

viernes, 8 de octubre de 2010

Viene el mal tiempo...

En Alicante siempre hace buen tiempo, y eso está bien en invierno ya que pocas son las semanas en las que sientes verdaderamente frío y necesitas abrigarte más de la cuenta. Recuerdo que el año pasado en diciembre la gente seguía yendo a la playa y se bañaba. Lógicamente no era tiempo para bañarse, pero el agua no estaba fría y la temperatura era buena. A partir de mayo la cosa cambia. El buen tiempo se convierte en un intenso agobio. La humedad se hace insoportable haciendo que 23º se conviertan en 35º. No me gusta pasar calor ni me gusta la humedad.

Recuerdo cuando llegué a Alicante por primera vez hace poco más de un año. Conforme bajaba del avión (suelo hacer ruta Zaragoza-Alicante-Zaragoza con Ryanair) la sensación fue horrible, como si la atmósfera te viniera encima. "Eso es la humedad", me dijeron. Por aquel entonces era septiembre, y pase días combatiendo el calor y la humedad como pude: aire acondicionado, duchas, etc... Aún así todos los que veníamos del norte seguíamos sudando. Luego enseguida te acostumbras y tu cuerpo aprende a tolerar mejor el clima.

Predicción Alicante hasta el 14 de octubre (a 8 de octubre por Eltiempo.es)

También me acuerdo de los exámenes del pasado junio. Hacía un calor insoportable y me aficioné a mirar las predicciones del tiempo todas las noches y, con miedo, veía cómo éstas subían para no volver a bajar. Ir a estudiar a la biblioteca se convertía en una odisea, e incluso tomaba el camino más largo porque me quería ir por la sombra. Al llegar a la biblioteca veía a todo el mundo sudando, bebiendo agua... así que tuve la feliz idea de planearme una rutina anti-calor. Como era época de exámenes me levantaba muy pronto y a las 07:30 ya estaba desayunando. Para las 08:00 ya estaba camino de la biblioteca. Parecerá mentira pero a las 08:00 de la mañana el calor ya era insoportable, no corría viento, y la humedad llenaba todos mis poros. Tras días buscando atajos por fin encontré un camino perfecto para ir.

Cuando llegaba a la biblioteca tenía que buscar mesa. Tras días en distintos sitios y plantas vi que el único aire acondicionado que funcionaba algo mejor era el de la segunda planta de la biblioteca. Estaba estropeado, lo cual era imperdonable, pero algo tiraba. No me gusta estudiar rodeado de gente ya que me agobio y me entretengo mirando a todos a ver qué están haciendo, así que busqué y entre unas estanterías al fondo de la biblioteca había un espacio con mesas vacías y un cartel que ponía "SALA DE DOCTORANDOS". Cogí sitio alejado de la gente y coloqué mis cosas. Ese sitio no lo conocía mucha gente y siempre íbamos ahí los mismos.

Estudiaba por la mañana y a la 13:00 o así me entraba hambre y con algún amigo bajaba al cesped (bajo los árboles a la sombra) o íbamos al Club Social (una cafetería de la universidad) que estaba al lado. Por la tarde seguía estudiando y a las 20:00 o así volvía a casa. Con todo esto conseguía librarme del calor, y mientras todo el mundo se quejaba del calor que hacía yo estaba bien porque pasaba todo el día o dentro de la biblioteca o a la sombra.

Tengo que aclarar que de las 11 horas que pasaba en la biblioteca sólo eran efectivas unas 5. El resto de horas las pasaba hablando con compañeros de clase, bajándonos al cesped a hablar, etc.

.....

No sé por qué he terminado contando todo eso. Simplemente quería decir que ahora ya se nota que empieza a hacer más frío. De los 29 o 27 grados que hemos estado soportando estos días para la semana que viene dan unos 24ºC. Yo prefiero que no haga calor.

Y mientras tanto yo paso el tiempo yendo a clases (que tengo por las tardes), estudiando para los exámenes que tengo en noviembre (de hecho ahora mismo debería estar estudiando), y... tocando la guitarra. Sí, me he comprado una guitarra con el dinero que ahorré en mi cumpleaños. En mi casa de Navarra tenía una pero es de mi primo, así que he querido comprarme una electroacústica. Es una Ibanez V72ECE-TBS y me estoy aprendiendo ya algunas canciones.

De momento el pie no lo fuerzo nada. Lleva sin dolerme absolutamenta nada dos días. Igual en depende qué posturas noto algo de molestias, pero casi nada. Estoy contento. Eso sí, igual es porque estos días he andado menos... Ya veremos... Pronto os pondré una foto de mi cicatriz, que no se nota nada aunque aún le queda algo para curarse del todo.

Y bueno, como resumen de todo, mi vida aquí estos días se puede resumir por esta foto.


Mi guitarra, la muleta, un libro y mi calculadora


Y ésta es la canción que en mis ratos libros estoy aprendiendo a tocar. No es muy difícil pero la quiero aprender a tocar bien a la vez que la canto. Cuando sepa subiré el video.



¡¡Volveré a escribir pronto!!

jueves, 7 de octubre de 2010

EVOLUCIÓN: Un mes después de la operación

Hoy, 7 de octubre, puedo decir que llevo unas dos semanas en Alicante. Cuando llegué en el autobús hace algo más de dos semanas con mis dos maletas, la mochila y las muletas creí que me iba a morir del asco estando con muletas, y así está siendo.

No he podido actualizar tan a menudo como hubiera querido porque he estado bastante ocupado con las clases y los estudios, pero también he estado ocupado visitando pisos de amigos, cenando con ellos y saliendo a tomar unas cañas. Ambas cosas son igualmente importantes.

Pero también hace un mes que me operaron y me gustaría comentar las cosas que he ido notando. Pensaba hablar también de mi vida en Alicante, pero la verdad es que mi vida aquí se resume en:

MAÑANA: Estudiar (mmm... tendría que estudiar más)
TARDE: Ir a clases. Tengo clases por las tardes. Suelo entrar a las 15:00 o 16:00 y salgo sobre las 21:00.
NOCHE: O me quedo en mi habitación leyendo o viendo la televisión o voy a cenar al piso de algún amigo.

Y esa es mi rutina por ahora. No puedo ni ir a nadar, ni salir los jueves universitarios por Alicante, ni los viernes, ni los sábados. Aunque bien es verdad que he salido un viernes, pero mis salidas son a sitios más o menos cercanos donde pueda estar cómodo con las muletas.

Y bueno, a ver, os cuento un poco los cambios que he ido notando. Los primeros días de la operación no podía mover el pie absolutamente nada ya que me dolía, tenía los puntos y, además, estaba algo inflamado. Tras quitarme los puntos pude empezar a apoyar yendo con las muletas. Notaba que tenía el tendón de aquiles muy débil y que casi ni podía flexionar el pie, por lo que el traumatólogo me mandó hacer estiramientos.

He de decir que el traumatólogo me mandó andar con muletas hasta el día de la consulta que tengo el 12 noviembre. Iba a la universidad con las dos muletas y con mi mochila. Parecerá una tontería, pero aunque podía apoyar me cansaba muchísimo yendo hasta mi clase.

Os voy a poner un mapa de dónde vivo yo y dónde está mi clase, para que veais.


La parte sombreada en azul es el campus de la Universidad de Alicante. Mi recorrido desde mi casa hasta mi clase es el marcando en rojo, que es aproximadamente de 1 kilómetro y 100 metros. Andando se llega en unos 10 minutos, pero el problema es que si voy con muletas tengo que salir media hora antes para llegar a tiempo, y si a eso sumamos que estos días ha estado haciendo muchísimo calor... pues molesta bastante tener que ir con muletas.

He llegado a acabar con los brazos llenos de agujetas y el gemelo izquierdo (el de la pierna buena) hecho polvo por cargarlo demasiado. Además, algunos días ha estado lloviendo así que he tenido que ir con una sola muleta para poder sujetar el paraguas. Me he dado cuenta de que cuando voy con una muleta voy más despacio, apoyo mejor el pie (sin flexionar el tendón de aquiles) y me duele mucho menos después. El traumatólogo me dijo que fuese con dos muletas y que en casa usase una, pero lloviendo, teniendo que ir a hacer mil fotocopias, teniendo que andar 30 minutos... pues no es fácil ir con las dos muletas y algunas veces he tenido que usar una. De todas formas en todo el día sólo ando para ir a la universidad porque el resto del tiempo lo paso o en clase sentado toda la tarde o en mi habitación. No salgo de fiesta, no hago cosas raras con el pie, lo intento tener siempre rígido sin flexionarlo... así que creo que no lo estoy haciendo tan mal, aunque a veces siempre tengo dudas.

Lo que sí he notado son varias cosas. Cuando el traumatólogo me mandó estiramientos no podía casi hacerlo porque me dolía mucho el tendón y no quería (ni debía) forzarlo. Ahora en cambio puedo estirar el tendón y hacer los estiramientos (estando en casa) y no me duele nada. Algunos días noto más molestias pero en general no me duele.

También he notado que la cicatriz me está curando bien, pero me he dado cuenta de que está algo morada. No es casi nada, pero se nota como si estuviera inflamada. Me imagino que será normal ya que ya no tengo que tener el pie en alto y estará curando, aunque igual significa que tengo algo de inflamación. El médico no dijo nada de ponerme hielos pero igual me empiezo a ponérmelos en la zona para que baje la inflamación. Igual voy al Centro de Salud de aquí para que me diga el médico si es normal o no. Llamaría a mi traumatólogo, pero está de vacaciones y hasta noviembre no vuelve...

Por lo demás, he llegado a estar hasta cuatro días seguidos sin notar dolor en el tendón y después al quinto día notaba algún pinchazo o molestia. Me imagino que también será normal. Otra duda que tengo es que ahora estoy llevando las taloneras en las zapatillas que uso a diario porque así el tendón trabaja menos y no está tan forzado. Pero cuando voy descalzo lógicamente el tendón trabaja más porque no llevo taloneras y a veces yendo descalzo (o en chanclas) me molesta algo más. Tampoco sé si es normal, si tengo que llevar taloneras, si no, etc...

Lo bueno es que aquí en Alicante no subo nunca escaleras. Lo peor para mi tendón de aquiles siempre han sido las escaleras (y las rampas), ya que en esos sitios se fuerza mucho. Aquí uso el ascensor y siempre voy en llano así que eso es bueno para la recuperación.

Todas estas dudas que tengo y que he escrito de forma un poco desordenada se las tendría que haber preguntado al traumatólogo en su día, pero es que son dudas que me han ido surgiendo ahora (¿es normal que tenga un poquito de inflamación? ¿debo usar taloneras?) por lo que antes no las tenía.

Bueno, de momento creo que voy mejorando poco a poco. Estoy en parte contento porque muchos días no me duele nada, pero cuando noto algo de dolor me hundo, así que estoy un poco con altibajos: 3 días sin dolor, 1 me duele, otros 5 días sin dolor, 1 me duele...

Creo que es normal. Aún me queda 1 mes y 5 días para ir al traumatólogo. Como tengo que estudiar para unos exámenes que tengo en noviembre aprovecharé y pasaré el mayor tiempo posible en casa, haré los trayectos largos con dos muletas, y usaré una muleta para trayectos muy cortos (estar en casa, ir al bar de la esquina a tomar algo...).

Os dije en un post anterior que el traumatólogo me había puesto una especie de media para inmovilizar un poco el tobillo. Pues bien, a parte de la media yo me he puesto por encima una tobillera especial que tenía de antes y que lo que me hace es no dejar flexionar del todo el tobillo. Con la tobillera me siento más seguro, y creo que algo funciona ya que si no la llevo me noto el tobillo como más ligero y sin querer puedo llegar a flexionarlo mucho.

Aquí os pongo una foto. Está hecha con la webcam así que es de mala calidad.


Tengo muchas más cosas para decir pero las dejaré para posts posteriores. Ahora me toca andar lo mínimo posible, intentar no mover el pie, y estudiar. Lo de estudiar va a ser lo más difícil.

lunes, 4 de octubre de 2010

La decisión del traumatólogo

21 DE SEPTIEMBRE DE 2010

Era lunes. Se habían terminado las fiestas de mi pueblo y todo volvía a la normalidad. Siempre me resulta curioso cómo de la noche a la mañana los pueblos que terminan sus fiestas sufren un cambio radical. La gente que desde hace una semana ocupaba las terrazas de los bares ahora lo hacen en su lugar de trabajo, la ropa blanca de fiestas deja paso a los colores aburridos del día a día, y la calle ya no parece la misma pues le sobra silencio y le falta movimiento, voces, gritos y amigos en corros charlando. Los días después de fiestas siempre eran bastante deprimentes, pero por suerte yo no me tenía que quedar para verlo, ya que el día iba a ser ajetreado:

12:00: Despedirme de mis familiares.
15:30: Consulta con el traumatólogo en Pamplona.
17:30: Despedirme de mis amigos.
23:00: Autobús Pamplona-Alicante

Estaba algo nervioso ese día. Por fin iba a ir a Alicante. La verdad es que me daba pereza tragarme todo ese viaje en bus, 10 horas de autobús que se hacen interminables, pero era la única forma que tenía para poder estar el martes en Alicante. Una vez en Alicante tendría que coger un taxi e ir a mi residencia, desembalar cajas, organizar toda mi habitación, quedar con los amigos de allí, ponerme al día y por la tarde ir a clase durante 6 horas. Con sólo pensarlo me estresaba. Pero la verdad es que estaba más nervioso por la cita con mi traumatólogo.

Por fin llego la hora. Entré con mi madre a la Clínica. La sala de espera estaba bastante llena lo que era raro ya que era muy pronto aún. El traumatólogo salió muy rápido y me llamó. Entramos mi madre y yo a la consulta, y tras las típicas preguntas cordiales me mandó tumbarme en la camilla.

Me observó la cicatriz y me la palpó. Yo no notaba dolor y tenía la zona como dormida. Me imaginé que sería normal ya que sólo habían pasado dos semanas. Me flexionó el pie de diferentes formas. Yo sentía alguna molestia y se lo dije. Me comentó que era normal aún, y me preguntó si había hecho los estiramientos que me dijo. Le contesté que sí pero que llegaba a un punto en que me dolía bastante el tendón así que tenía que parar. Él guardó silencio.

Le comenté que sobre todo notaba dolor al subir las escaleras de mi casa, a lo cual él se levantó y con su acento característico (no os lo había comentado aún pero tenía acento del Sur de Navarra, así que cuando hablaba parecía que me estaba gritando) me dijo:

- ¿Cómo qué te duele al subir las escaleras?
- Emm... sí, pues cuando subo las escaleras me molesta bastante - contesté perdido.
- Pero, y tú ¿por qué subes escaleras? - me preguntó extrañado.
- Es que para dormir tengo que ir a mi habitación que está en el piso de arriba - le dije aún más perdido.
- Pero es que al subir las escaleras no tienes que flexionar el tendón. Estás recién operado, el tendón lo tienes aún algo débil. Tienes que andar así - y entonces se puso en su consulta a andar como Robocop o como una de esas muñecas de película que dan miedo dejando el pie totalmente rígido.

A partir de ahí empezamos una conversación que no me gustó mucho. No me echó la bronca ni nada, pero me dijo que no tenía que flexionar para nada el pie. Yo me quedé con cara de tonto. Toda la semana anterior (cuando había salido) había andado con muletas apoyando el pie lo mínimo y cargando mi peso en las muletas, pero lógicamente no andaba como Robocop, ya que en la anterior consulta me había dicho:

... deberás andar con chanclas para que no te roce... por lo pronto tienes que empezar a andar normal, apoyando, pero con muletas, y tienes que hacer estiramientos en el tendón de aquiles...

En esa consulta anterior tanto mi madre como yo le habíamos entendido que podía andar normal pero que tenía que andar apoyando mi peso en las muletas. Seguramente había sido una confusión nuestra o suya, da igual, pero el caso es que esa semana yo no lo había estado haciendo del todo bien. Lo bueno es que esa semana me la pasé casi por completo en casa así que mi pie no sufrió mucho.

Tras decirme todo eso me quedé un poco triste y preocupado, así que le pregunté.

- A ver, pero entonces, ¿el tendón está mal?
- No, no, el tendón lo tienes bien. Va mejorando poco a poco. Simplemente deberás andar sin flexionarlo ayudándote con las muletas - me contestó con una sonrisa.
- ¿Muletas? - pregunté oliéndome lo peor.
- Sí, por lo menos tienes que estar con muletas hasta la próxima consulta que tengas conmigo. ¿Cuándo te vas a Alicante? - me dijo mientras miraba su ordenador.
- Me voy esta noche
- ¿No te irás en coche, no? No puedes flexionar el tendón. Ni puedes conducir ni podrás hacer deporte hasta que te vuelva a ver - señaló.
- Me voy en autobús y he cogido dos plazas para ir más cómodo y con el pie en alto por si me duele. Y bueno, acerca de la próxima consulta... ¿cuándo será? - pregunté asustado temiendo lo peor.
- Pues a ver... tac tac tac tac tac.... A principios de noviembre.

Me hizo tumbarme en la camilla de nuevo y me puso una media muy extraña que presionaba bastante y que me impedía hacer movimientos bruscos con el tendón. Teniendo esa media especial no podía mover mucho el tendón, lo cual era bueno ya que así no lo forzaba. Tras darnos las últimas informaciones y tras desearme que me fuera todo bien salimos de la consulta.

De camino al coche no dije nada. Esta decepcionado conmigo mismo y muy enfadado con mi tendón. También estaba triste y me sentía algo impotente. Había llegado pensando en que me iba a ir a Alicante sin muletas y resulta que tenía que estar con muletas hasta principios de noviembre. Ir a clase con muletas, no poder salir los jueves, ni los viernes, ni los sábados.

- Bueno Pablo, míralo por el lado bueno, así tendrás tiempo para estudiar más - concluyó mi madre creyendo que eso me iba a aliviar.

Ni contesté.

Por la tarde volví a casa, terminé de preparar las maletas, estuve con mis amigos despidiéndome y ya se iba acercando la hora de marchar de nuevo a Pamplona a coger el autobús. Como el autobús salía a las 23:00 habíamos quedado con mi hermano Javier y su novia Natalia en un centro comercial para ir a cenar a un restaurante italiano. Ese restaurante me gusta mucho porque tienen ensaladas muy extrañas. A mí me gustan mucho las ensaladas. Además tiene siempre puesto el aire acondicionado y se está fresco, así que también me gusta por eso.

Después de cenar y de despedirme de mi hermano y su novia mis padres me llevaron a la estación de autobuses. Estaba todo bastante vacío. Me pregunté quién a parte de mí partiría un lunes a las 23:00 de la noche hacia a Alicante. Empezaron a llegar algunos árabes, algún chico joven, y tres o cuatro abuelillas.

Tras dejar el equipaje en el maletero me despedí de mis padres con un par de besos y me monté en el autobús. Dejé mi mochila en la parte superior y me senté en mis dos butacas. El autobús era cómodo y los asientos amplios. Tenía la televisión muy cerca y eso me gustó ya que así podría ver la película que echasen.

Y desde la ventana me volví a despedir de mis padres haciendo gestos con las manos. Detrás de mí se pusieron los dos hombres árabes. Hablaban muy rápido y con un tono elevado. En los asientos de mi derecha se sentó una chica joven y, tras verme las muletas me dijo que si quería podía apoyar mi pie en su asiento. Sonriendo le di las gracias y miré de nuevo por la ventanilla. Y mientras una abuela rezagada buscaba su sitio dejando entrever en su bolsa libros y caramelos de menta, el autobús cerró las puertas y el ruido del motor silenció el ambiente. Volví a mirar a mis padres, quienes saludaban con las manos, y el autobús se echó a andar, subió una rampa, y ya en la calle se perdió en la oscuridad.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Una semana tranquila

13-20 DE SEPTIEMBRE DE 2010

Desmotivado, impotente y triste. Así pasé esa semana. Todos mis amigos disfrutaban de las fiestas. Mis padres disfrutaban de las fiestas. Toda mi familia disfrutaba de las fiestas. Pero yo estaba en casa. Tenía que estarlo. Películas, series, televisión... ¡si hasta me aficioné y me tragué todos los programas del corazón! Eso era un grave síntoma de aburrimiento.

Por las tardes casi todos mis amigos iban a los toros. No es que sean protaurinos. Simplemente que si no se va a los toros no hay nada que hacer en toda la tarde. De hecho, los jóvenes que van a las corridas de toros lo hacen sobre todo para beber en sociedad sin prestar casi atención al ruedo. Y para muestra un botón.


Luego las estadísticas protaurinas dirán que los jóvenes también apoyan el toreo o que las plazas españolas están llenas de adolescentes queriendo ver cultura. En el mundo de la información a estos fenómenos de desinformación se les conoce como crear un "efecto acumulativo" o una "imprecisión intencional".

Alejándome de la polémica quiero decir que también había algún amigo que no iba a los toros, así que alguna tarde quedábamos en algún bar para echar unas cervezas y así pasar la tarde. Mi rutina era la siguiente:

- 11:00: estaba despierto pero, ¿para qué levantarme si no tenía nada que hacer? Así que seguía durmiendo.
- 15:00-16:00: despertaba por fin y comía algo.
- 17:00: quedaba y salía a la calle (con muletas, por supuesto).
- 20:00: empezaba a haber mucha gente por la calle, así que regresaba a casa.
- 21:00-03:00: veía películas, series, la televisión... no tenía sueño ni podía dormirme.
- 03:00: dormir.


Y esa era mi rutina, y como era tan aburrida (excepto por esas tres horas que salía a la calle) prefería estar durmiendo en estado casi de coma que estar tumbado en el sofá sin hacer nada. En los dos casos no hacía nada pero la diferencia era que mientras dormía no podía aburrirme. Sueño mucho y llego a tener hasta 5 sueños distintos en una noche. Por la mañana siguiente soy capaz de recordarlos todos con todo lujo de detalles pero enseguida se me olvidan, aunque durante el día empiezo a recordarlos de nuevo. Creo que soy onironauta. Suena un poco friki, pero es que mientras sueño puedo elegir los detalles de mi sueño. Si por ejemplo estoy soñando con que estoy en un edificio en llamas, puedo elegir tirarme por la ventana y volar hasta un bosque donde los árboles son de chocolate. No sé, puedo controlar algunas cosas que pasan en mis sueños, y los vivo como si fuesen totalmente reales. No me pasa siempre, pero sí habitualmente. Hace tiempo creía que todo el mundo podía hacer esas cosas pero creo que no todos pueden. No sé por qué ni a qué se deberá. Durmiendo también me han pasado otras cosas curiosas. A parte de que desde siempre he hablado y gritado en sueños, alguna vez me he despertado de la cama estando dormido. También, una vez, me desperté de un sueño y no podía moverme. Yo sabía que estaba despierto porque cuando estoy soñando sé que estoy soñando. Estaba bloqueado. Sentía cosas. Veía la habitación perfectamente y sentía a alguien al lado, pero no sabía ni si tenía los ojos abiertos o cerrados. Estaba como alucinando. Después me enteré de que eso se llama parálisis del sueño. Recomiendo que leáis el artículo ya que es bastante interesante. Yo soy muy escéptico así que todo esta verborrea no la pongo para hacer apología de ciencias ocultas ni cosas por el estilo.

Siempre me voy del tema... He empezando hablando de toros y he terminado comentando trastornos del sueño. Y todo para decir que esa semana fue muy muy aburrida. El viernes salí. Me animé a salir, pero lo hice sólo con una muleta. De no ser así hubiese sido físicamente imposible. Pero no por la incapacidad de atravesar con dos muletas toda la marabunta, sino porque con dos muletas... ¡no podría haber sujetado el cubata!

El sábado me quedé en casa, y el domingo -que ya no eran fiestas- decidí que el lunes por la noche me iría a Alicante en autobús.

- Pero Pablo, chico, espérate al lunes a ver qué te dice el traumatólogo. O si no, te vas en avión el miércoles - me comentaba mi madre intentándome convencer de no coger el billete de autobús.
- A ver mamá. Si el traumatólogo me dijese que me puedo ir ya, no voy a esperar al avión que sale el miércoles, así que me iría en autobús el lunes. Si me dijese que tengo que volver, me diría como mínimo para volver en una semana, y esa semana no quiero estar aquí, sino en Alicante. Así que diga lo que diga me iría el lunes, así que me voy el lunes. Tengo que coger el billete ahora porque si no me tocará ir en el autobús malo y es muy incómodo para tener que viajar durante 10 horas - le argumenté.

Al final le convencí y le pareció bien que me fuese el lunes en autobús. El autobús saldría a las 23:00 y llegaría a Alicante a las 08:00. Era insufrible pero era lo único que podía hacer si quería estar ya en Alicante. Me estaba perdiendo clases, y en mi pueblo me aburría mucho. Pensé que en el autobús igual iría algo incómodo porque aunque es confortable, el trayecto es muy largo y podía cansárseme el pie, así que me cogí dos asientos, como esas personas que salen en las películas y que para caber tienen que cogerse dos plazas de avión. Con los dos asientos podría tener el pie en alto y más cómodo.

Y mientras pasaba el domingo yo ya estaba contando las horas que faltaban para que saliese el autobús y así poder irme a Alicante libre, sin muletas. Pero ¡ay! ingenuo de mí...

viernes, 24 de septiembre de 2010

Visita al traumatólogo tras la operación

13 DE SEPTIEMBRE DE 2010

Hoy tenía visita con el traumatólogo. Eran fiestas de mi pueblo y, paradójicamente, tenía ganas de marcharme a Alicante. No sé si anteriormente he dicho que tenía que andar con muletas. Es lógico pues no podía apoyar el pie ya que el tendón aún estaba débil debido a la operación. Me costaba andar con muletas. Es muy molesto, cansa y, además, te impide hacer las cosas con normalidad.

Como pasaba la mayor parte del tiempo en mi casa no estaba tan incómodo, y poco a poco iba empezando a poder apoyar el pie malo.

Estaba algo nervioso por ir al traumatólogo, pero más que nervioso lo que estaba era asustado. ¿Me dejaría marcharme ya a Alicante? ¿Tendría que seguir aún con muletas? ¿Me quitarían los puntos?

Llegué con mi madre a la Clínica San Miguel de Pamplona y esperamos en la sala de espera. Me empezaba a conocer esa sala perfectamente así como a los médicos que transitaban tranquilos los pasillos. Tras un poco de espera salió mi traumatólogo y me llamó. Me indicó que entrase en una sala en la que nunca había estado. Era una sala de curas en la que había una camilla, tijeras, vendas, y demás parafernalia de enfermería. Me senté en la camilla y esperé. Mi madre se quedó de pie junto a la puerta. Tras cinco minutos llegó de nuevo el traumatólogo vestido con un pijama blaco. Me imaginé que los días en que sólo pasaba consulta iría vestido de blanco, y cuando le tocase quirófano se ataviaría con el imponente pijama verde de cirujano. Nos saludó, y dijo:

- Bien Pablo, túmbate boca abajo en la camilla. Te voy a mirar cómo van esos puntos.

Echaba de menos aquellas preguntas de "¿En qué habíamos quedado?", "¿Qué fue lo que te dije en la última consulta?". Pensé que ya se conocería mi caso de memoria al haberme operado. Me tumbé, él se sentó en una silla, y quitó el apósito que tenía puesto. Riéndose dijo:

- ¿Pero qué desastre de apósito me llevas?
- Ya... es que me lo puse nuevo y se suelta siempre - contesté timidamente sin delatar a mi madre como la hacedora de tamaña chapuza.

Examinó la cicatriz. Mi madre miraba por encima de su hombro curioseando y viendo todo lo que me hacía, como si de una notario se tratase.

- Esto está perfecto. Voy a quitarte los puntos. Muérdete los dientes que esto igual te duele un poco - comentó tranquilo.

Cogió unas pinzas extrañas y empezó a soltarme los puntos. Uno, dos... ¡Ay!... tres, cuatro, ¡Ah!... cinco. Me dolió un poco pero no fue para tanto. Terminó, me curó la cicatriz de nuevo, me aplicó un spray muy frio que imagine que sería un anestésico local para aliviar el dolor, y puso unos puntos de papel.

- Bien Pablo. Ya está. Tiene muy buena pinta. Te he dejado dos puntos de papel para que se termine de cerrar del todo. Deberás andar con chanclas para que no te roce - señaló mientras se levantaba de la silla.
- ¡Qué bien! ¿Y ahora? - pregunté.
- Pues por lo pronto tienes que empezar a andar normal, apoyando, pero con muletas, y tienes que hacer estiramientos en el tendón de aquiles. ¿Sabes cómo se estira el tendón de aquiles?
- Sí, de la misma forma que cuando estiras gemelos, ¿no? - contesté dudando.
- Eso es. Y empieza a flexionar también el pie para que vaya ganando flexibilidad.

Bien. Eso me gustaba. Pensaba que ya había terminado todo, pero en ese momento soltó la temida frase que me sentó como un flechazo por la espalda.

- Ale, pues ya está. Tienes que pedir vez para el lunes que viene, que quiero ver como te va.

Excitación, alegría, tranquilidad, confusión, miedo, enfado y, finalmente, impotencia. El cerebro humano es capaz de registrar gran cantidad de emociones en muy pocos segundos.

Así que tuvimos que volver a pedir vez para la semana siguiente, lo que significaba que no podía marcharme aún a Alicante, lo que significaba que me iba a tener que quedar en mi pueblo, lo cual hubiera estado bien teniendo en cuenta que eran fiestas, pero estar de fiestas con muletas no era un buen plan.

Y triste, abandoné la Clínica, vagando por los pasillos como alma en pena como si me acabaran de dar una malísima noticia. Y es que para mí estar sin (poder) hacer nada, en casa, solo, mientras los demás se divertían, era una muy mala noticia.