jueves, 28 de octubre de 2010

Un poco de cine para desconectar

Estos días están siendo muy intensos. Me levanto todos los días a las 07:00, me ducho, me visto y desayuno. Después veo las noticias mientras me voy despejando, y a estudiar.

Este sábado tengo un examen de estructuras (de cálculo de puentes). Lo llevo bastante bien pero la otra vez que suspendí también lo llevaba bastante bien, así que tampoco estoy muy tranquilo. Los exámenes son bastante largos y casi no dejan tiempo, y entre los nervios, las dudas de última hora y los típicos bloqueos mentales estoy cogiendo un poco de pánico a la asignatura, aunque al final me ha acabado gustando.


Hoy, por ejemplo, he pasado toda la mañana estudiando en mi habitación, después he comido y he ido a clase de las 15:00 porque la profesora pasa lista. Desde las 17:00 he estado en la biblioteca y he vuelto hace poco.

Todas las noches me gusta ver una película. Muchos amigos estudian de noche, pero yo no puedo y prefiero estudiar muy temprano. Hay días en los que he llegado a irme a dormir a las 22:00 para levantarme a las 04:00 a estudiar. Me concentro muchísimo más. Cuando estoy de exámenes siempre veo películas porque me relaja mucho y así consigo desconectar de la universidad. Las dos películas que he visto ultimamente son las siguientes, y os las recomiendo cien por cien. [Haced click en el título de la película para que os salga la ficha de la misma]

  • Fracture, dirigida por Gregory Hoblit e interpretada por Anthony Hopkins.
  • Shutter Island, basada en la novela de Dennis Lehane, dirigida por Martin Scorsese e interpretada por Leonardo DiCaprio y Mark Ruffalo.
Os recomiendo ambas películas. Me encantaron las dos, aunque Shutter Island es la mejor película que he visto en mi vida. Una trama que engancha y que te hace estar constantemente pensando y asimilando información. En fin, vedla y no os defraudará.

Y mi pie sigue sin apenas molestarme. Esperemos que siga igual de bien... Ya os contaré qué tal el examen, y cómo evoluciona mi pie.

Ahora voy a ver otra película. ;)

PD: Podéis recomendarme alguna película. Os lo agradecería.

domingo, 24 de octubre de 2010

Sigo vivo... de momento


Sí, sigo vivo aunque corro grave riesgo de morir de aburrimiento debido al estudio. Lamento no poder actualizar el blog, pero se acercan los exámenes que tengo ahora y he de estudiar mucho, por lo que no puedo actualizar el blog ni contar nada novedoso.

El tendón va bien. La postilla casi ha desaparecido por completo. Cuando voy andando a la universidad noto alguna molestia a veces, pero puede que sea normal, aunque no sé si lo que realmente me ocurre es que no me he curado. Igual cuando deje las muletas y comience a hacer vida normal me vuelve a doler como antes de la operación. No sé.

En cuanto a la inflamación, creo que ha bajado algo. Mi padre preguntó a un traumatólogo amigo suyo (quien me vio una vez) acerca de la inflamación que tenía yo. Según le dijo, tras una operación es normal tener la zona roja, medio morada, e inflamada, y le comentó que no me preocupase puesto que a no ser que tenga fiebre, me duela mucho, o me supure la herida, todo iba bien.

Quedan menos días para la consulta del traumatólogo. Tengo la cita el 12 de noviembre. Espero que para entonces todo haya mejorado algo más. Tengo algo de miedo porque no sé qué pasará, y sigo sin saber si para entonces ya tendría que estar completamente bien.

De momento a esperar y a intentar hacer reposo. Teniendo que estudiar no me será difícil hacerlo. Nunca antes el estudio había sido tan bueno para la salud.

viernes, 15 de octubre de 2010

Evolución del tendón

Os voy a contar ahora qué tal me va el pie.

Ya apenas me duele. Tanto si ando descalzo con el pie totalmente descubierto (sin taloneras, sin media y sin tobillera) como si ando con calzado (con taloneras, media y tobillera) no noto dolor. Lo que sí que noto a veces es como unos pinchazos pequeños que se van difuminando hasta desaparecer. Por ejemplo, si estoy andando yendo a la universidad paso todo el viaje bien (ayer por lo menos al volver a las 20:30 no noté nada de dolor), pero de repente noto un pinchazo que no me duele y casi no es molesto, pero que está ahí.

En general estoy contento porque comparando cómo estoy ahora con cómo estaba hace un mes puedo decir que he notado la diferencia. Antes me dolía mucho más a menudo, incluso estando quieto. Ahora hay veces que hasta me olvido del dolor. Como anécdota, muchas veces cuando voy a la universidad me dirijo hacia la puerta sin muletas, y es entonces cuando me doy cuenta de que tengo que coger la muleta. Eso es bueno en parte, ya que quiere decir que estoy consiguiendo olvidarme del dolor.

Tal vez por eso cuando las molestias reaparecen me siento más frustrado. Es como si estuviera corriendo una carrera llegando ya a la meta, feliz, y entonces retrocediera dos kilómetros sin ninguna explicación, y siguiese corriendo y cuando de nuevo divisara la meta me volviesen a teletransportar dos kilómetros más atrás, con la impotencia que eso supone. Pero yo sigo corriendo para llegar a la meta, porque no tengo más opciones.

Esos momentos los paso mal porque tengo miedo de no llegar recuperado a mi cita con el traumatólogo el 12 de noviembre.

De momento os dejo otra foto más sacada ahora mismo. Se puede observar que la zona de la cicatriz (inserción del tendón aquíleo con el calcáneo) está roja, algo inflamada. No sé si me duele al tocar la zona porque como aún se está curando no quiero tocar nada. Además, me da pánico tocar la zona donde siempre me ha dolido y notar que me sigue doliendo. Así que de momento no tocaré esa parte. Lo extraño es que en la parte superior del tendón también se aprecia inflamación, aunque esa parte no me duele.

No sé si la inflamación es normal. Igual esta tarde me acerco al centro de salud de aquí. Pero no sé si el médico va a saber decirme si es normal o no. No he tenido muy buena experiencia con los médicos de familia en lo relacionado a mi tendinitis. Además, me da pereza ir. ¿Podría ser que la infiltración de factores de crecimiento provoque una inflamación de la zona? ¿La inflamación significa que me está curando mal?

El carrito de golf

Me acaba de llamar una trabajadora social del Centro de Apoyo al Estudiante de la Universidad de Alicante, por lo del tema del carrito de golf para llevarme mientras estoy con muletas.

Me ha dicho que tuvieron un problema con el servicio del carrito de golf y que por eso no pudieron llamarme antes. Me ha informado de que, si quiero, ya podrían darme el servicio. Si aceptase, sólo tendrían que buscar a una persona para que me llevase a las horas que le indicase.

Ahora me lo estoy pensando porque los últimos días que he ido a la Universidad no me ha dolido casi nada el pie e incluso he ido sólo con una muleta. Sé que no debo hacerlo pero es un coñazo andar dos kilómetros con las dos muletas. Además, me siento como si les estuviese estafando haciéndoles que me lleven en carrito de golf porque, ahora que ya no hace tanto calor, no me canso tanto yendo a la universidad en muletas.


Lo bueno de que me lleven en carrito es que eso me obligaría a ir con las dos muletas todos los días, apoyaría menos el pie, y no me cansaría tanto. Lo malo es que tendría que acordar horarios con ellos y, para ser sinceros, es un poco molesto tener que depender de otras personas y, más aún, hacer que ellas dependan de ti.

Así que me lo pensaré durante el día de hoy. Esta es mi lista de PROS/CONTRAS.

PROS DE IR EN CARRITO: llevaría las dos muletas, apoyaría menos el pie y me cansaría menos.
CONTRAS DE IR EN CARRITO: me sentiría como si estuviese timando al sistema, tendría que fijar unos horarios concretos para que me llevasen, siento que puede que no lo necesite.

Pensaré en ello y os contaré. La imagen que he puesto de las conciencias de Homer es la más apropiada para el momento.

martes, 12 de octubre de 2010

Fin del puente

Ya es martes, por lo que para desgracia de todos nosotros ya se termina el puente del Pilar. Este puente lo he pasado en Alicante. No me he ido a Navarra porque tengo bastante que estudiar para los exámenes que tengo en noviembre, así que he preferido quedarme aquí.

La verdad es que no he hecho muchas cosas. Me he estado poniendo todas las mañanas el despertador a las 08:00, aunque al final terminaba atrasando la alarma y me acababa despertando a las 10:00. Después desayunaba, y quedaba con algún compañero de clase para estudiar. A las 14:00 comía, y por la tarde después de ver la televisión un poco seguía estudiando. No ha sido un puente divertido que digamos, pero también he salido algún día a bares cercanos a tomar unas cervezas. Por lo menos he estudiado (menos de lo que me hubiese gustado) y he estado en reposo, así que mi tendón lo habrá agradecido.

Apenas me molesta el pie al andar. Lo que si he notado es que me duele cuando me agacho y cuando hago algún movimiento más forzado, pero me imagino que será normal. No es un dolor fuerte, sino una molestia como cuando haciendo estiramientos estiras un músculo más de la cuenta. Me imagino que será porque no tengo mucha movilidad aún en el tendón ya que lo uso poco. Espero que en el mes que me queda mejore aún más.

Aunque estoy contento, también estoy preocupado. Que no me duela no significa que me haya recuperado. Tal vez no me duela precisamente porque intento andar lo mínimo posible, y me preocupa que cuando vuelva a andar normal todo siga como siempre. Me imagino que tendré que tener algo de fe en el proceso. Tampoco sé si para el 12 de noviembre (que es cuando tengo la consulta) mi tendón ya tendría que estar completamente curado, o si por el contrario el traumatólogo ya se espera que vaya aún con molestias. ¿Me mandará rehabilitación? Tampoco lo sé.


En post anteriores se me olvido comentar que a la semana de comenzar las clases fui al Centro de Apoyo al Estudiante de la Universidad de Alicante para pedir una cosilla. Como ya visteis en una foto que os puse en un post anterior el Campus es enorme, por lo que hay carritos de golf que son usados por personal de mantenimiento y diverso personal universitario para desplazarse por todo el campus. Unos amigos de la universidad me comentaron que los carros también se usan para desplazar a gente con problemas de movilidad, y como tener que desplazarme 2 kilómetros al día andando en muletas es un problema de movilidad, decidí ir a informarme. "Chófer gratuito...", pensé.

Me acompañaron dos compañeros de clase. El Centro de Apoyo al Estudiante está en la Facultad de Ciencias Sociales, junto a donde yo doy clases. Antes de llamar a la puerta ensayé mi mejor cojera para dar más pena. Sé que está mal, pero me da igual. Yo quiero mi carrito de golf.

"No necesitas dar más pena, así ya das bastante" - bromeó un amigo.

Ignorándole, llame a la puerta. Me dieron paso y entré. El cuarto era amplio y hacía un calor insoportable, así que no me gustó nada. Me senté y expliqué el caso a una señora mayor. Fue muy amable. Me explicó que en cursos anteriores el servicio de transportar a personas con movilidad reducida lo hacía el servicio de seguridad, ya que no les cuesta nada llevar a gente en su coche mientras patruyan el Campus, pero que ahora lo tienen que hacer ellos mismos, y que no tenían personal suficiente. Me dijo que ella misma podría llevarme algunas veces, y que sólo necesitaba acordar con ella un horario y un punto de recogida. Además, me informó de que para estos casos se buscan voluntarios, y bla bla bla.

Me hizo rellenar una petición por escrito diciendo mis motivos y los servicios que necesitaba. Me dijo que se pondría en contacto conmigo. Esa misma tarde me llamó diciendo que habían pasado mi caso a los trabajadores sociales de la Universidad, y que muy pronto se pondrían en contacto conmigo, así que esperé...

... hasta hoy. Aún no me ha llamado nadie. A veces no me molesta porque me gusta pasear por el Campus, pero al final aunque tampoco me canso muchísimo mi pie lo acaba notando. Mañana mismo pienso volver a llamar a ver qué pasa. Igual no hay gente para hacerme el servicio, o igual han pasado de mí, o se les ha olvidado...

Mientras tanto la foto que veis es la de mi cicatriz que, como ya dije en su día, está en el talón ya que mi tendinitis es a la altura del hueso calcáneo. Aún tengo herida pero poco a poco va mejorando.


Ya os contaré cuando sepa algo de mi carrito. Lucharé por conseguirlo. Ahora me voy a poner a estudiar algo.

Desde la ventana de mi habitación veo que todos los árboles se mueven por el viento. Está nublado y la temperatura fuera es de 22ºC.

sábado, 9 de octubre de 2010

Muletas emocionales

Esta tarde no he ido a clase porque no era importante y prefiero andar lo mínimo posible. Aburrido en la habitación me sonaba el teléfono. Era un amigo.

"Pablo, vamos a a hacer cena en el ático. ¡Vente!"

Mi amigo no ha necesitado apenas convencerme. Ahora acabo de llegar de la cena. Hemos hecho barbacoa en el ático y hemos estado tomando unas cervezas y hablando de temas diversos; desde la existencia o no de vida extraterrestre hasta el servicio militar. Me encantan las conversaciones de sobremesa y ver cómo el tiempo pasa sin que nadie mire al reloj. Escuchar las conversaciones de cada uno, sus preocupaciones y sus paranoias. Ser escuchado por los demás. Reirte con el típico que a la mínima se arranca a cantar mientras los demás le hacemos los coros. Notar como te sientes parte de un grupo aunque estés a 800 kilómetros de distancia.


El traumatólogo me dijo que era muy importante que llevase las muletas. Tiene razón. Pero yo creo que también son importantes otro tipo de muletas que hay que saber conservar bien: las muletas emocionales, los amigos, esos que siempre están ahí para animarte y para hacerte las cosas más fáciles. Los que, si estás triste, siempre intentarán animarte aunque sea con el peor chiste del mundo.

Tras la cena, muchos de mis amigos se han ido a tomar algo a un bar. Yo no puedo ir con las muletas y me he venido a casa. Pero no estoy triste, ni amargado por no poder haber ido. El traumatólogo me dijo que era muy importante que llevase las muletas. Cuando le vuelva a ver le diré que las que más he usado han sido mis muletas emocionales.

viernes, 8 de octubre de 2010

Viene el mal tiempo...

En Alicante siempre hace buen tiempo, y eso está bien en invierno ya que pocas son las semanas en las que sientes verdaderamente frío y necesitas abrigarte más de la cuenta. Recuerdo que el año pasado en diciembre la gente seguía yendo a la playa y se bañaba. Lógicamente no era tiempo para bañarse, pero el agua no estaba fría y la temperatura era buena. A partir de mayo la cosa cambia. El buen tiempo se convierte en un intenso agobio. La humedad se hace insoportable haciendo que 23º se conviertan en 35º. No me gusta pasar calor ni me gusta la humedad.

Recuerdo cuando llegué a Alicante por primera vez hace poco más de un año. Conforme bajaba del avión (suelo hacer ruta Zaragoza-Alicante-Zaragoza con Ryanair) la sensación fue horrible, como si la atmósfera te viniera encima. "Eso es la humedad", me dijeron. Por aquel entonces era septiembre, y pase días combatiendo el calor y la humedad como pude: aire acondicionado, duchas, etc... Aún así todos los que veníamos del norte seguíamos sudando. Luego enseguida te acostumbras y tu cuerpo aprende a tolerar mejor el clima.

Predicción Alicante hasta el 14 de octubre (a 8 de octubre por Eltiempo.es)

También me acuerdo de los exámenes del pasado junio. Hacía un calor insoportable y me aficioné a mirar las predicciones del tiempo todas las noches y, con miedo, veía cómo éstas subían para no volver a bajar. Ir a estudiar a la biblioteca se convertía en una odisea, e incluso tomaba el camino más largo porque me quería ir por la sombra. Al llegar a la biblioteca veía a todo el mundo sudando, bebiendo agua... así que tuve la feliz idea de planearme una rutina anti-calor. Como era época de exámenes me levantaba muy pronto y a las 07:30 ya estaba desayunando. Para las 08:00 ya estaba camino de la biblioteca. Parecerá mentira pero a las 08:00 de la mañana el calor ya era insoportable, no corría viento, y la humedad llenaba todos mis poros. Tras días buscando atajos por fin encontré un camino perfecto para ir.

Cuando llegaba a la biblioteca tenía que buscar mesa. Tras días en distintos sitios y plantas vi que el único aire acondicionado que funcionaba algo mejor era el de la segunda planta de la biblioteca. Estaba estropeado, lo cual era imperdonable, pero algo tiraba. No me gusta estudiar rodeado de gente ya que me agobio y me entretengo mirando a todos a ver qué están haciendo, así que busqué y entre unas estanterías al fondo de la biblioteca había un espacio con mesas vacías y un cartel que ponía "SALA DE DOCTORANDOS". Cogí sitio alejado de la gente y coloqué mis cosas. Ese sitio no lo conocía mucha gente y siempre íbamos ahí los mismos.

Estudiaba por la mañana y a la 13:00 o así me entraba hambre y con algún amigo bajaba al cesped (bajo los árboles a la sombra) o íbamos al Club Social (una cafetería de la universidad) que estaba al lado. Por la tarde seguía estudiando y a las 20:00 o así volvía a casa. Con todo esto conseguía librarme del calor, y mientras todo el mundo se quejaba del calor que hacía yo estaba bien porque pasaba todo el día o dentro de la biblioteca o a la sombra.

Tengo que aclarar que de las 11 horas que pasaba en la biblioteca sólo eran efectivas unas 5. El resto de horas las pasaba hablando con compañeros de clase, bajándonos al cesped a hablar, etc.

.....

No sé por qué he terminado contando todo eso. Simplemente quería decir que ahora ya se nota que empieza a hacer más frío. De los 29 o 27 grados que hemos estado soportando estos días para la semana que viene dan unos 24ºC. Yo prefiero que no haga calor.

Y mientras tanto yo paso el tiempo yendo a clases (que tengo por las tardes), estudiando para los exámenes que tengo en noviembre (de hecho ahora mismo debería estar estudiando), y... tocando la guitarra. Sí, me he comprado una guitarra con el dinero que ahorré en mi cumpleaños. En mi casa de Navarra tenía una pero es de mi primo, así que he querido comprarme una electroacústica. Es una Ibanez V72ECE-TBS y me estoy aprendiendo ya algunas canciones.

De momento el pie no lo fuerzo nada. Lleva sin dolerme absolutamenta nada dos días. Igual en depende qué posturas noto algo de molestias, pero casi nada. Estoy contento. Eso sí, igual es porque estos días he andado menos... Ya veremos... Pronto os pondré una foto de mi cicatriz, que no se nota nada aunque aún le queda algo para curarse del todo.

Y bueno, como resumen de todo, mi vida aquí estos días se puede resumir por esta foto.


Mi guitarra, la muleta, un libro y mi calculadora


Y ésta es la canción que en mis ratos libros estoy aprendiendo a tocar. No es muy difícil pero la quiero aprender a tocar bien a la vez que la canto. Cuando sepa subiré el video.



¡¡Volveré a escribir pronto!!

jueves, 7 de octubre de 2010

EVOLUCIÓN: Un mes después de la operación

Hoy, 7 de octubre, puedo decir que llevo unas dos semanas en Alicante. Cuando llegué en el autobús hace algo más de dos semanas con mis dos maletas, la mochila y las muletas creí que me iba a morir del asco estando con muletas, y así está siendo.

No he podido actualizar tan a menudo como hubiera querido porque he estado bastante ocupado con las clases y los estudios, pero también he estado ocupado visitando pisos de amigos, cenando con ellos y saliendo a tomar unas cañas. Ambas cosas son igualmente importantes.

Pero también hace un mes que me operaron y me gustaría comentar las cosas que he ido notando. Pensaba hablar también de mi vida en Alicante, pero la verdad es que mi vida aquí se resume en:

MAÑANA: Estudiar (mmm... tendría que estudiar más)
TARDE: Ir a clases. Tengo clases por las tardes. Suelo entrar a las 15:00 o 16:00 y salgo sobre las 21:00.
NOCHE: O me quedo en mi habitación leyendo o viendo la televisión o voy a cenar al piso de algún amigo.

Y esa es mi rutina por ahora. No puedo ni ir a nadar, ni salir los jueves universitarios por Alicante, ni los viernes, ni los sábados. Aunque bien es verdad que he salido un viernes, pero mis salidas son a sitios más o menos cercanos donde pueda estar cómodo con las muletas.

Y bueno, a ver, os cuento un poco los cambios que he ido notando. Los primeros días de la operación no podía mover el pie absolutamente nada ya que me dolía, tenía los puntos y, además, estaba algo inflamado. Tras quitarme los puntos pude empezar a apoyar yendo con las muletas. Notaba que tenía el tendón de aquiles muy débil y que casi ni podía flexionar el pie, por lo que el traumatólogo me mandó hacer estiramientos.

He de decir que el traumatólogo me mandó andar con muletas hasta el día de la consulta que tengo el 12 noviembre. Iba a la universidad con las dos muletas y con mi mochila. Parecerá una tontería, pero aunque podía apoyar me cansaba muchísimo yendo hasta mi clase.

Os voy a poner un mapa de dónde vivo yo y dónde está mi clase, para que veais.


La parte sombreada en azul es el campus de la Universidad de Alicante. Mi recorrido desde mi casa hasta mi clase es el marcando en rojo, que es aproximadamente de 1 kilómetro y 100 metros. Andando se llega en unos 10 minutos, pero el problema es que si voy con muletas tengo que salir media hora antes para llegar a tiempo, y si a eso sumamos que estos días ha estado haciendo muchísimo calor... pues molesta bastante tener que ir con muletas.

He llegado a acabar con los brazos llenos de agujetas y el gemelo izquierdo (el de la pierna buena) hecho polvo por cargarlo demasiado. Además, algunos días ha estado lloviendo así que he tenido que ir con una sola muleta para poder sujetar el paraguas. Me he dado cuenta de que cuando voy con una muleta voy más despacio, apoyo mejor el pie (sin flexionar el tendón de aquiles) y me duele mucho menos después. El traumatólogo me dijo que fuese con dos muletas y que en casa usase una, pero lloviendo, teniendo que ir a hacer mil fotocopias, teniendo que andar 30 minutos... pues no es fácil ir con las dos muletas y algunas veces he tenido que usar una. De todas formas en todo el día sólo ando para ir a la universidad porque el resto del tiempo lo paso o en clase sentado toda la tarde o en mi habitación. No salgo de fiesta, no hago cosas raras con el pie, lo intento tener siempre rígido sin flexionarlo... así que creo que no lo estoy haciendo tan mal, aunque a veces siempre tengo dudas.

Lo que sí he notado son varias cosas. Cuando el traumatólogo me mandó estiramientos no podía casi hacerlo porque me dolía mucho el tendón y no quería (ni debía) forzarlo. Ahora en cambio puedo estirar el tendón y hacer los estiramientos (estando en casa) y no me duele nada. Algunos días noto más molestias pero en general no me duele.

También he notado que la cicatriz me está curando bien, pero me he dado cuenta de que está algo morada. No es casi nada, pero se nota como si estuviera inflamada. Me imagino que será normal ya que ya no tengo que tener el pie en alto y estará curando, aunque igual significa que tengo algo de inflamación. El médico no dijo nada de ponerme hielos pero igual me empiezo a ponérmelos en la zona para que baje la inflamación. Igual voy al Centro de Salud de aquí para que me diga el médico si es normal o no. Llamaría a mi traumatólogo, pero está de vacaciones y hasta noviembre no vuelve...

Por lo demás, he llegado a estar hasta cuatro días seguidos sin notar dolor en el tendón y después al quinto día notaba algún pinchazo o molestia. Me imagino que también será normal. Otra duda que tengo es que ahora estoy llevando las taloneras en las zapatillas que uso a diario porque así el tendón trabaja menos y no está tan forzado. Pero cuando voy descalzo lógicamente el tendón trabaja más porque no llevo taloneras y a veces yendo descalzo (o en chanclas) me molesta algo más. Tampoco sé si es normal, si tengo que llevar taloneras, si no, etc...

Lo bueno es que aquí en Alicante no subo nunca escaleras. Lo peor para mi tendón de aquiles siempre han sido las escaleras (y las rampas), ya que en esos sitios se fuerza mucho. Aquí uso el ascensor y siempre voy en llano así que eso es bueno para la recuperación.

Todas estas dudas que tengo y que he escrito de forma un poco desordenada se las tendría que haber preguntado al traumatólogo en su día, pero es que son dudas que me han ido surgiendo ahora (¿es normal que tenga un poquito de inflamación? ¿debo usar taloneras?) por lo que antes no las tenía.

Bueno, de momento creo que voy mejorando poco a poco. Estoy en parte contento porque muchos días no me duele nada, pero cuando noto algo de dolor me hundo, así que estoy un poco con altibajos: 3 días sin dolor, 1 me duele, otros 5 días sin dolor, 1 me duele...

Creo que es normal. Aún me queda 1 mes y 5 días para ir al traumatólogo. Como tengo que estudiar para unos exámenes que tengo en noviembre aprovecharé y pasaré el mayor tiempo posible en casa, haré los trayectos largos con dos muletas, y usaré una muleta para trayectos muy cortos (estar en casa, ir al bar de la esquina a tomar algo...).

Os dije en un post anterior que el traumatólogo me había puesto una especie de media para inmovilizar un poco el tobillo. Pues bien, a parte de la media yo me he puesto por encima una tobillera especial que tenía de antes y que lo que me hace es no dejar flexionar del todo el tobillo. Con la tobillera me siento más seguro, y creo que algo funciona ya que si no la llevo me noto el tobillo como más ligero y sin querer puedo llegar a flexionarlo mucho.

Aquí os pongo una foto. Está hecha con la webcam así que es de mala calidad.


Tengo muchas más cosas para decir pero las dejaré para posts posteriores. Ahora me toca andar lo mínimo posible, intentar no mover el pie, y estudiar. Lo de estudiar va a ser lo más difícil.

lunes, 4 de octubre de 2010

La decisión del traumatólogo

21 DE SEPTIEMBRE DE 2010

Era lunes. Se habían terminado las fiestas de mi pueblo y todo volvía a la normalidad. Siempre me resulta curioso cómo de la noche a la mañana los pueblos que terminan sus fiestas sufren un cambio radical. La gente que desde hace una semana ocupaba las terrazas de los bares ahora lo hacen en su lugar de trabajo, la ropa blanca de fiestas deja paso a los colores aburridos del día a día, y la calle ya no parece la misma pues le sobra silencio y le falta movimiento, voces, gritos y amigos en corros charlando. Los días después de fiestas siempre eran bastante deprimentes, pero por suerte yo no me tenía que quedar para verlo, ya que el día iba a ser ajetreado:

12:00: Despedirme de mis familiares.
15:30: Consulta con el traumatólogo en Pamplona.
17:30: Despedirme de mis amigos.
23:00: Autobús Pamplona-Alicante

Estaba algo nervioso ese día. Por fin iba a ir a Alicante. La verdad es que me daba pereza tragarme todo ese viaje en bus, 10 horas de autobús que se hacen interminables, pero era la única forma que tenía para poder estar el martes en Alicante. Una vez en Alicante tendría que coger un taxi e ir a mi residencia, desembalar cajas, organizar toda mi habitación, quedar con los amigos de allí, ponerme al día y por la tarde ir a clase durante 6 horas. Con sólo pensarlo me estresaba. Pero la verdad es que estaba más nervioso por la cita con mi traumatólogo.

Por fin llego la hora. Entré con mi madre a la Clínica. La sala de espera estaba bastante llena lo que era raro ya que era muy pronto aún. El traumatólogo salió muy rápido y me llamó. Entramos mi madre y yo a la consulta, y tras las típicas preguntas cordiales me mandó tumbarme en la camilla.

Me observó la cicatriz y me la palpó. Yo no notaba dolor y tenía la zona como dormida. Me imaginé que sería normal ya que sólo habían pasado dos semanas. Me flexionó el pie de diferentes formas. Yo sentía alguna molestia y se lo dije. Me comentó que era normal aún, y me preguntó si había hecho los estiramientos que me dijo. Le contesté que sí pero que llegaba a un punto en que me dolía bastante el tendón así que tenía que parar. Él guardó silencio.

Le comenté que sobre todo notaba dolor al subir las escaleras de mi casa, a lo cual él se levantó y con su acento característico (no os lo había comentado aún pero tenía acento del Sur de Navarra, así que cuando hablaba parecía que me estaba gritando) me dijo:

- ¿Cómo qué te duele al subir las escaleras?
- Emm... sí, pues cuando subo las escaleras me molesta bastante - contesté perdido.
- Pero, y tú ¿por qué subes escaleras? - me preguntó extrañado.
- Es que para dormir tengo que ir a mi habitación que está en el piso de arriba - le dije aún más perdido.
- Pero es que al subir las escaleras no tienes que flexionar el tendón. Estás recién operado, el tendón lo tienes aún algo débil. Tienes que andar así - y entonces se puso en su consulta a andar como Robocop o como una de esas muñecas de película que dan miedo dejando el pie totalmente rígido.

A partir de ahí empezamos una conversación que no me gustó mucho. No me echó la bronca ni nada, pero me dijo que no tenía que flexionar para nada el pie. Yo me quedé con cara de tonto. Toda la semana anterior (cuando había salido) había andado con muletas apoyando el pie lo mínimo y cargando mi peso en las muletas, pero lógicamente no andaba como Robocop, ya que en la anterior consulta me había dicho:

... deberás andar con chanclas para que no te roce... por lo pronto tienes que empezar a andar normal, apoyando, pero con muletas, y tienes que hacer estiramientos en el tendón de aquiles...

En esa consulta anterior tanto mi madre como yo le habíamos entendido que podía andar normal pero que tenía que andar apoyando mi peso en las muletas. Seguramente había sido una confusión nuestra o suya, da igual, pero el caso es que esa semana yo no lo había estado haciendo del todo bien. Lo bueno es que esa semana me la pasé casi por completo en casa así que mi pie no sufrió mucho.

Tras decirme todo eso me quedé un poco triste y preocupado, así que le pregunté.

- A ver, pero entonces, ¿el tendón está mal?
- No, no, el tendón lo tienes bien. Va mejorando poco a poco. Simplemente deberás andar sin flexionarlo ayudándote con las muletas - me contestó con una sonrisa.
- ¿Muletas? - pregunté oliéndome lo peor.
- Sí, por lo menos tienes que estar con muletas hasta la próxima consulta que tengas conmigo. ¿Cuándo te vas a Alicante? - me dijo mientras miraba su ordenador.
- Me voy esta noche
- ¿No te irás en coche, no? No puedes flexionar el tendón. Ni puedes conducir ni podrás hacer deporte hasta que te vuelva a ver - señaló.
- Me voy en autobús y he cogido dos plazas para ir más cómodo y con el pie en alto por si me duele. Y bueno, acerca de la próxima consulta... ¿cuándo será? - pregunté asustado temiendo lo peor.
- Pues a ver... tac tac tac tac tac.... A principios de noviembre.

Me hizo tumbarme en la camilla de nuevo y me puso una media muy extraña que presionaba bastante y que me impedía hacer movimientos bruscos con el tendón. Teniendo esa media especial no podía mover mucho el tendón, lo cual era bueno ya que así no lo forzaba. Tras darnos las últimas informaciones y tras desearme que me fuera todo bien salimos de la consulta.

De camino al coche no dije nada. Esta decepcionado conmigo mismo y muy enfadado con mi tendón. También estaba triste y me sentía algo impotente. Había llegado pensando en que me iba a ir a Alicante sin muletas y resulta que tenía que estar con muletas hasta principios de noviembre. Ir a clase con muletas, no poder salir los jueves, ni los viernes, ni los sábados.

- Bueno Pablo, míralo por el lado bueno, así tendrás tiempo para estudiar más - concluyó mi madre creyendo que eso me iba a aliviar.

Ni contesté.

Por la tarde volví a casa, terminé de preparar las maletas, estuve con mis amigos despidiéndome y ya se iba acercando la hora de marchar de nuevo a Pamplona a coger el autobús. Como el autobús salía a las 23:00 habíamos quedado con mi hermano Javier y su novia Natalia en un centro comercial para ir a cenar a un restaurante italiano. Ese restaurante me gusta mucho porque tienen ensaladas muy extrañas. A mí me gustan mucho las ensaladas. Además tiene siempre puesto el aire acondicionado y se está fresco, así que también me gusta por eso.

Después de cenar y de despedirme de mi hermano y su novia mis padres me llevaron a la estación de autobuses. Estaba todo bastante vacío. Me pregunté quién a parte de mí partiría un lunes a las 23:00 de la noche hacia a Alicante. Empezaron a llegar algunos árabes, algún chico joven, y tres o cuatro abuelillas.

Tras dejar el equipaje en el maletero me despedí de mis padres con un par de besos y me monté en el autobús. Dejé mi mochila en la parte superior y me senté en mis dos butacas. El autobús era cómodo y los asientos amplios. Tenía la televisión muy cerca y eso me gustó ya que así podría ver la película que echasen.

Y desde la ventana me volví a despedir de mis padres haciendo gestos con las manos. Detrás de mí se pusieron los dos hombres árabes. Hablaban muy rápido y con un tono elevado. En los asientos de mi derecha se sentó una chica joven y, tras verme las muletas me dijo que si quería podía apoyar mi pie en su asiento. Sonriendo le di las gracias y miré de nuevo por la ventanilla. Y mientras una abuela rezagada buscaba su sitio dejando entrever en su bolsa libros y caramelos de menta, el autobús cerró las puertas y el ruido del motor silenció el ambiente. Volví a mirar a mis padres, quienes saludaban con las manos, y el autobús se echó a andar, subió una rampa, y ya en la calle se perdió en la oscuridad.