jueves, 9 de septiembre de 2010

La consulta del médico privado


5 DE AGOSTO DE 2010

Llegó el día D, el día en que me vería las caras con el traumatólogo privado del que no daré datos. Fui a Pamplona, y abrió la puerta su secretaria. La sala de estar era cómoda, pero el aire acondicionado estaba puesto a toda potencia y yo tenía frío. Mientras esperaba, me entretuve leyendo revistas de viajes, y pensé en cómo habría sido mi verano si en lugar de quedarme en mi pueblo me hubiese ido a las islas griegas, o a Punta Cana.

El doctor me llamó a la consulta. Era bastante mayor, tenía muchas canas, y tenía la piel muy arrugada. La habitación parecía de estilo victoriano, con muebles antiguos llenos de libros de anatomía y medicina deportiva. A la derecha había una camilla, y en frente su enorme mesa tenía muchos papeles ordenados, y un pie con huesos de plástico. El médico era serio y tan frío como la temperatura de la sala de espera de su consulta. Imponía bastante, y me puse nervioso...

Me dijo que le contase todo y, cual loro de pajarería, fui recitándole el mismo texto que ya casi estaba grabado en mi cabeza y que se lo decía a todos los médicos que visitaba, y en el que explicaba mi lesión desde que me apareció en abril de 2009.

Se quedó un rato callado, y me dijo bastante frío.

- ¿Te duele la espalda?

No entendía nada.

- ¿Perdone?
- ¡La espalda! ¡Que si te duele!
- Ah, no, no, perdone.
- ¿Seguro? - me dijo sospechando de mí.
- No, de verdad. Nunca me ha dolido la espalda.

Se levantó de la silla, se acerco a la camilla, y señalándome un biombo me dijo:

- Desnúdate entero, y ven.

Le hice caso, y me quedé con el bóxer puesto que, con tan mala suerte, era de Batman... Sí, lo sé, hay que ir preparado al médico, pero no creí que me mandase desnudarme.

Me hizo andar por la habitación. Andar normal, andar de puntillas, con los talones. Me mandó saltar, agacharme, estirarme... Me tumbó en la camilla y me empezó a tocar la espalda.

- ¿Te duele aquí?
- No, no me duele.
- ¿Y ahora te duele? - me dijo
- Sí, me molesta un poco... ¡¡ayyyy!!... pero es que... me está apretando muy fuerte...
- No seas exagerado. A ver, inclínate hacia este lado. Te voy a mover la espalda bruscamente, te va a doler un poco, pero tú aguanta.

Me cogió por la espalda y me la retorció de una forma muy brusca, y me dolío. Noté que una vertebra hacía un ruido raro, como de ¡CLICK!.

- Ya está - me dijo.

Me mandó vestir, y me dijo a ver si había tenido alguna vez problemas de espalda. Le dije que de pequeño jugando a balonmano (con unos 14 años) se me "montó" una vertebra lumbar sobre otra, y tuve que ir a muchos médicos hasta que finalmente un médico naturista consiguió colocármela bien a base de masajes y con unas inyecciones que relajaban los músculos de la espalda.

Me explicó que cuando me pasó eso quedó atrapado algún nervio, y que ese la lesión de ese nervio a la larga hacía que se me subiera el gemelo con mayor facilidad. Debido a que el tendón de aquiles está ligado al gemelo, éste sufría más de lo debido, y me produjo la tendinitis.

- Pero eso de las vértebras lumbares me pasó hace unos 7 años - le dije.
- Ya bueno, pero te ha podido afectar ahora perfectamente.

Yo estaba un poco escéptico con todo esto, pero le creí. Me dijo que me había recolocado una vertebra que tenía un poco mal, y también me corrigió una contractura. Según él eso haría que mi dolor en el calcáneo y la tendinitis desapareciesen por completo. Me explicó que tenía que hacer estiramientos todos los días durante 2 semanas, y que también tenía que aplicarme hielo. Me dijo siguiese llevando siempre las taloneras de silicona.

Si en dos semanas no se me había pasado y notaba que seguía el dolor, tendría que volver porque me dijo que igual me hacía una infiltración en el tendón de aquiles. Las infiltraciones en el tendón pueden hacer que éste se debilite pero, según él, como mi tendinitis estaba a la altura del calcáneo, no había tanto peligro.

Así que me fui de la consulta previo pago de 100 euros. Sí, 100 euros fue lo que me costó esa primera consulta. Pero bueno, estaba alegre y ¡al andar no me dolía nada el pie!. Pensé -y mi madre también- que estaba por fin curado, así que estaba bastante animado. Nos montamos en el coche y volvimos al pueblo...

... pero al desmontarme del coche me volvió a doler. Pero bueno, di un voto de confianza y los siguientes días realicé los estiramientos que me explicó, y me apliqué hielo 15 minutos al día como me dijo.

Pasaron los días, y nada. El dolor seguía igual, e incluso me aumentó. Al llevar desde finales de julio en mi casa subiendo y bajando escaleras lo noté, y al final de cada día acababa cojeando, y me costaba muchísimo subir escaleras. Y, si me quitaba las plantillas, el dolor se triplicaba...

Parecía que esto no tenía fin.

4 comentarios:

  1. Tendinitado primerizo.9 de septiembre de 2010, 22:12

    Buá, colega; yo también soy de Pamplona, me he sentido totalmente identificado leyendo tu blog (el rollo de las taloneras, los médicos pasotas, los comentarios tácitos de "eres un quejica, chaval", las pastillas de magnesio, las pomadas, los rituales de antes de irse a la cama, etc).

    Yo por suerte llevo mucho menos tiempo, pero leo desarrollos como el tuyo y me desespero, no sé si ir al fisio, leo casos como el tuyo y veo eso, que va a ser una pérdida de tiempo y dinero.

    A ver si mejoras.

    Un saludo.

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  2. Buenas. Qué casualidad que seas de Pamplona. No te rayes, de verdad. No he terminado de escribir el blog, aún me quedan unas cuantas semanas hasta la fecha actual, y si sigues leyendo verás que todo tiene solución...

    Si quieres puedes dejarme tu email o tuenti en un mensaje en el blog, por si quieres hablar. Una vez lo lea borraré el mensaje.

    Saludos!!!

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  3. Tendinitazo Primerizo13 de septiembre de 2010, 15:10

    De verdad, que odisea la tuya....me tranquiliza el hecho de que si escribes a posteriori es porque finalmente hay un final feliz...jeje.
    tunaruri arroba hotmail punto com

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  4. desde Chile, vengo llegando del hospital, llevo 3 años con una lesión similar... aún no concluyen nada... y tu blog me ha iluminado... sólo que se combinó con una bursitis de rodilla...

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