jueves, 9 de septiembre de 2010

Por fin me decido a ir al médico...

JUNIO DE 2009

A mediados de junio de 2009 empecé también con síntomas de alergia: picor de nariz, lagrimeo, mucho picor en el paladar, estornudos... Aproveché y fui en San Sebastián al médico. Me tocó una médico bastante seca. Según ella, como era navarro, las pruebas de la alergia me las tenía que hacer en Navarra.

Total, que al final pedí vez en Navarra para el alergólogo. Esperé y esperé, y no me llamaban, así que mi madre llamó al Centro de Salud, y le dijeron que ya me habían dado vez, que tenía vez el día anterior, y que como no había ido había perdido el turno. Mi madre comentó que no nos había llegado ninguna carta diciendo que teníamos vez ese día, y la administrativa lo comprobó y dijo que, efectivamente, había habido algún error y no me habían avisado por carta. Mi madre le explicó que ese no era nuestro problema y le pidio que, por favor, me diese vez para otro día. Nos comentó que había lista de espera, y que era imposible. Tras intentar pedir vez nos rendimos. Pusimos una reclamación. ¡No podía ser que en San Sebastián me dijesen que me tenía que hacer las pruebas en Navarra, y que en Navarra no me diesen vez!. Al final la cosa se puso seria, y nos llamó algún jefecillo del servicio de alergología de Navarra diciendo que cómo era posible que en San Sebastián no quisieran hacerme las pruebas de alergia, cuando en Navarra se hace pruebas a muchísimos giputxis, etc. Al jefecillo le pareció la cosa seria, y movió las cosas de forma que al día siguiente conseguí vez con el alergólogo. Y bueno, por curiosidad, las pruebas revelaron que soy alérgico a los ácaros del polvo :(

¡¡VOLVIENDO AL TEMA DE MI TENDÓN!! La doctora esa de San Sebastián no me quiso hacer caso con las alergias, así que aproveché y le dije que desde hacía 2 meses aproximadamente notaba molestias en el tendón de aquiles. Con cara de "pero qué pelma eres chaval" me miró, y me dijo que seguramente fuese tendinitis en el tendón de aquiles derecho. Me dijo que se me pasaría, y me comentó que me diese hielo y alguna pomada para dolores musculares. No me prestó mucha atención, y no le dio la más mínima importancia.

Me fui a casa tan tranquilo. Ya había tenido tendinitis de pequeño por una lesión jugando a balonmano, y entonces se me pasó poniéndome hielo. La médico me recalcó que se me pasaría sin darme cuenta, así que yo tampoco hice mucho caso y, aunque me di alguna pomada, no me puse hielo.

Llegó primeros de julio. Había hecho los exámenes, los había aprobado, y también presenté mi proyecto fin de carrera. ¡Ya era ingeniero! Yuhuuu.

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