miércoles, 8 de septiembre de 2010

Meses pasando del dolor

ABRIL, MAYO Y JUNIO DE 2009

Abril, mayo y junio de 2009 pasaron rápido. Estaba terminando mi último curso de la carrera, y a la vez estaba finalizando mi Proyecto Fin de Carrera. Los días entre semana los pasaba estudiando, yendo a clases de inglés, y redactando el Proyecto. El Proyecto era de medio ambiente, y en él trataba de aprovechar la ribera del río de mi pueblo para crear una senda verde peatonal que sirviera como atractivo turístico y como forma de ocio a los habitantes del lugar, creando una especie de paraje natural visitable.

Así pues, todos los fines de semana iba a mi pueblo (en Navarra), y los aprovechaba para hacer el trabajo de campo que necesitaba para el Proyecto (hacer mediciones, observar el lugar, sacar fotografías, contar árboles y clasificar flora y fauna). Con ayuda de algunos ecologistas del lugar fui consiguiendo un proyecto bastante amplio y extenso, con matices más complejos, y yo estaba muy contento porque veía que mi proyecto estaba tomando una forma muy buena. Esos meses anduve bastante ya que la senda del proyecto tenía unos 8 kilómetros de longitud, y tuve que estar yendo y viniendo tomando notas, detalles, fotos y más fotos, tomando medidas para hacer los planos... y yo seguía notando dolores en el tendón.

Dolores.... dolores... pero eran dolores más o menos suaves. Era un dolor no focalizado, en la parte trasera del tobillo, en el tendón de aquiles. El dolor me venía después de todo el día andando, por la noche, por lo que por la mañana siguiente estaba como nuevo. Así estuve hasta junio... ¿Que por qué no fui antes al médico? Pues la verdad es que ahora suena raro que no fuese antes al médico, pero como el dolor no era fuerte, y como tenía mil cosas que hacer, se me pasaban los días y las semanas volando, y el dolor era muy secundario, así que lo dejé pasar (¡FALLO!).

Ahora, ya en septiembre de 2010, después de haber hablado con mucha gente con el mismo problema, y poniendo cosas en común, me doy cuenta de que muchos enfermos de tendinitis aquílea empiezan con los mismos síntomas: leve dolor no focalizado en el tendón que aumenta después de ejercicio físico. Como el dolor suele ser leve inicialmente, mucha gente lo dejamos pasar, y no le damos importancia: "Bah, ya se pasará. Total, no me duele tanto como para ir al médico." Esto es un error, puesto que si una tendinitis se deja de lado puede empeorar y, entre otras opciones, llegar a convertirse en crónica.

Por lo tanto, la primera recomendación generalizada a cualquier parte del cuerpo es que si se tiene dolor -sea en la parte que sea y por el motivo que sea- durante un tiempo prolongado (1 semana), es mejor ir al médico. A veces renegamos de ir al médico por varios motivos:

- El médico me va a reñir, y va a decir que soy un exagerado al ir por un dolor tan leve: Seguramente el médico ni te riña ni te llame exagerado. Si le comentas al médico que tienes un leve dolor pero que te está durando más de una semana, te mirará, te observará, y puede que te mande hacer alguna prueba (RayosX, etc.). Aquí será cuando empiece todo el diagnóstico, y en las tendinitis es importante cogerlas a tiempo, por lo que un diagnóstico precoz en una tendinitis hace que éstas tengan una mejor resolución.

- Me da pereza, no me duele tanto como para perder tiempo en ir al médico: Eso pensé yo, y cuando fui al médico llevaba meses con tendinitis sin darme cuenta. Creedme que es mejor ir al médico pronto (tras una semana con dolor y molestias, por ejemplo), que dejarlo pasar, ya que si se deja pasar después da más pereza, y la recuperación será más lenta.


Por lo tanto, mirando en retrospectiva, estos fueron mis fallos a la hora de actuar:

- No hice nada por aliviar las molestias: no me puse hielo en la zona afectada, no me di ninguna pomada para el dolor muscular, etc.
- Pensé que como el dolor era leve no significaba nada importante.
- Como el dolor no aumentaba, no vi necesario ir al médico.

En las siguientes entradas seguiré contando mi historia.

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